Buena gestión frente al temporal
El temporal de nieve que ha sufrido toda la España peninsular ha demostrado en esta ocasión que, cuando las cosas se hacen con un mínimo de cabeza, estamos preparados para afrontar las mayores dificultades meteorológicas que se nos puedan presentar. Hace justo un año, con la sinpar Magdalena Álvarez al frente del Ministerio de Fomento, Madrid fue un completo caos tanto en el aeropuerto de Barajas, como en el transporte ferroviario y los accesos por carretera a la capital. Aún quedan en el recuerdo aquellas palabras de la señora ex ministra cuando tuvo que explicar en el Congreso de los Diputados el caos acaecido en el aeródromo madrileño y su respuesta era digna de estar en la antología del disparate, puesto que todo lo resumió en que el aeropuerto de Barajas es muy grande y que no se podía hacer más. Perfecto, toda una síntesis de alguien al que le dieron el cargo por razones de carnet.
Evidentemente, no es que ahora haya sido todo maravilloso y que el nuevo titular de la cartera de Fomento, JoséBlanco, haya sabido dar con la tecla para evitar todos los problemas, pero al menos no se han cometido las tropelías de la época de Álvarez. Por lo menos, hubo coordinación con la Comunidad de Madrid para facilitar en la medida de lo posible la llegada o salida de los ciudadanos por las principales vías, abriéndose los peajes mientras arreció el temporal de nieve, así como los avisos y las recomendaciones para que se dejase el vehículo particular en casa y se apostase por el transporte público, especialmente por el Metro.
Desde luego, qué duda cabe, quedan muchas cosas por hacer, que parece mentira que Madrid sufra colapsos cuando apenas lleva dos horas nevando, pero ya les digo que en comparación con lo que sucedió hace un año, al menos en esta oportunidad se ha actuado con cierta cabeza, aunque por supuesto no todos podrán decir lo mismo, como el testimonio de un grupo de personas que, teniendo que ir a trabajar a la capital a primeras horas de la mañana, se quedaron sin servicio de autobuses en Robledo de Chavela. Pero bueno, eso son los imponderables que acontecen en cada temporal. Aunque claro, aquí somos de quejarnos cuando las pasamos canutas, pero nadie tiene en cuenta a los turolenses, que año tras año soportan con resignación cristiana el tradicional aislamiento invernal, y no solamente un día, precisamente.
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Máximo Medina -