1-1-2, bienvenidos al surrealismo
-112, le atiende Menganita de Cual
-Buenos días Menganita, le llamo porque un jardinero se ha caído en una poceta de tres metros, aquí en Santa Cruz de Tenerife, en la calle Heliodoro Rodríguez López 30. Está manando abundante sangre por la cabeza y la pierna la tiene bastante dolorida.
-Oiga, oiga, no me he enterado de nada...podría hablar más despacio
- Uuuuuun jardinerooooooooooo se ha caído en una pocetaaaaa de tres metrosssssssss, aquí en Santa Cruz de Tenerifeeeeeeeee, en la calleeeeeeee Heliodorooooooooo Rodríguez López 30. Está manando abundanteeeeeeeeee sangreeeeeee por la cabeza y la piernaaaaaaaaa la tiene bastante doloridaaaaaaaa.
-Bien, ¿el señor está consciente? ¿se encuentra bien?
-Mire, se ha golpeado con la cabeza y apenas puede caminar, aparte de seguir sangrando
-¿Y qué edad tiene?
(Se hace un inciso mientras el interlocutor trata de preguntar al jardinero por su edad)
-41 años
-¿Y cómo dice que se encuentra?
-Ya le he dicho que está sangrando y cojea ostensiblemente. Manden una unidad, por favor
-¿Su número de teléfono (les sale en pantalla, es lo gracioso) es el 636 178771?
-Sí, pero vengan ya
-Enseguida mandamos una unidad. Muchas gracias por su llamada
Pues sí, amigos lectores, así es como se las gastó una empleada del 112 el pasado sábado, alrededor de las 7.40 de la mañana, cuando se avisó a este servicio de urgencias para que viniesen a atender a un varón de unos 40 años que se cayó accidentalmente en una poceta de unos dos metros de altura. Lejos de darse la prisa necesaria ante la descripción del primer diagnóstico referido por el interlocutor, la señora, cual robot programado, prosiguió fielmente con el manual del absurdo procedimiento. Total, que entre las cuestiones de poco calado por parte de la mediotíntica asistente del 112 y el tiempo que tardó en llegar la ambulancia, transcurrieron cerca de 20 minutos, un tiempo precioso en el caso de que el herido hubiese estado en peores circunstancias.
La pena es que este no es el primer caso de negligencia de determinados empleados del 112 que, lejos de discernir entre una urgencia normal y una emergencia inaplazable, no se salen del guión preestablecido. Les marcan unas pautas y son, dicho con todos los respetos, como el Word, el Excel o el Access, que determinados pasos son ineludibles aunque no tengas que acometer modificaciones. A veces, me asalta la duda, tengo la impresión de que en este servicio no trabajan seres humanos, sino autómatas de pacotilla a los que parece que les pagan por mantener durante el mayor tiempo posible las llamadas en espera.
2 comentarios
Vecino de maspalomas -
Todas aquellas personas que dudan del trabajo del personal del CECOES (Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad) incluyendo sobre todo al Sr. que escribe el artículo, debería hacer una pequeña visita al Centro Coordinador (1-1-2) o (uno-uno-dos y no ciento doce) para que experimente insitu las formas de trabajar que tienen estos profesionales.
Todas las preguntas que le ha hecho tiene su explicación lógica, sobre todo la del teléfono, que aunque parezca una gilipollez porque claramente le sale en pantalla, es una forma psicológica de tantear si se trata de una falsa alarma o llamada en plan broma y a la vez porque las conversaciones se graban y el que realiza la llamada informa de su boca que se trata de su número.
No obstante, somos humanos y habrán veces que se equivoquen. Piensen también las veces en que nos han ayudado.
OJO, no trabajo en el CECOES ni he trabajado nunca, pero si que les he hecho una visita cuando se inauguró y hasta hace pocos meses.
Máximo Medina -