El pulpo Paul-ino
Canarias tiene su propio pulpo Paul, el Paul-ino Rivero, el cefalópodo que nunca se equivoca a la hora de la elección del candidato de Coalición Canaria a la Presidencia del Gobierno regional. Los nacionalistas se lo pasaron mejor que los visitantes al acuario de Oberhausen al ver las dotes adivinatorias del pulpo sauzalero. Sus tentáculos fueron directos a la urna en la que estaba contenido su nombre, provocando el alborozo de la afición coalicionero y el flamear de la enseña de las siete estrellas verdes.
Rivero volverá a ser candidato porque, entre otros motivos, nadie en CC se postula como alternativa. No hay quien tosa al jefe, especialmente en la isla de Gran Canaria. La llamada 'Fuerza de Canarias' se ha quedado afónica en la isla redonda. No tiene a nadie que pueda presentar batalla al núcleo duro del tinerfeñismo. La señora Julios se conforma con estar ahí, en la Mesa del Parlamento, de simple figurante, de toca...botones. José Carlos Mauricio, tras el rotundo fracaso en Las Palmas de Gran Canaria, no se le ha vuelto a ver por estos lares. Fue dejar su hemiciclo en Madrid y quedar condenado al ostracismo.
Quienes pueden poner en tela de juicio las habilidades de Paul-ino son dos políticos con más conchas que un galápago. Antonio Castro y Tomás Padrón siempre han sido esa especie de mosca cojonera que ha aderezado y puesto el picante a las decisiones de los órganos de poder de Coalición Canaria. Pero en CC siempre han sabido dar con el remedio para evitar confrontaciones innecesarias. Al niño (bueno, ya no tanto) Antoñito le han contentado siempre con diversas consejerías, sobre todo la de Obras Públicas, y ahora con la presidencia del Parlamento canario y a Padrón le convencen con una y mil prebendas para El Hierro.
Donde sí que les haría falta el verdadero pulpo Paul, el del acuario de Oberhausen, es en el PSOE. Cada semana o cada día es un cambio de estrategia, de opinión. Que ahora Pérez es nuestro candidato, que mañana no, que pasado hay que hacer primarias. En fin, los problemas de aspirantes en los socialistas son tantos que harán falta o muchos pulpos o un pulpo con muchos tentáculos. El de los nacionalistas, eso sí, no sirve, sólo tiene uno y se inclina siempre por la costa sauzalera.
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Máximo Medina -