Yes, I am musulmán
Barack Obama ha logrado que su repetitivo, machacón y hasta odioso Yes, we can, se haya convertido en una especie de Spanglish. El estribillo sería ahora Yes, I am musulmán. Y también un patán de primera categoría porque no puede entender bajo ningún prisma que el presidente de los Estados Unidos pueda estar siquiera de acuerdo en la construcción de una mezquita en la zona de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Mr.Obama no sólo es que apoya la idea, es que pretende financiarla con los impuestos de todos los estadounidenses. Evidentemente, como no podía ser de otra manera, ya ha chocado de plano y de pleno con la mayoría de la sociedad yanqui.
Obama, como Zapatero, es muy proclive a abrazar la religión del buenismo, de buscar una alianza de paz entre las diferentes creencias y no le importa humillar el común de los pensamientos o creencias religiosas de sus conciudadanos con tal de congraciarse con el infiel. Justamente, eriir una mezquita en el solar donde se alzaban majestuosamente las Torres Gemelas es como tratar de aplicar alcohol en una herida recién abierta. La insensibilidad y la falta de tacto del presidente norteamericano suponen, hasta extremos insospechados, una de las mayores torpezas cometidas a lo largo de su mandato (y eso que apenas lleva año y medio en la Casa Blanca).
Sin embargo, los Estados Unidos no son como España. Los experimentos que no funcionan suelen tener una vida muy corta, a lo sumo cuatro años y hay quien sostiene que,si ahora mismo hubiese la oportunidad de adelantar los comicios en la nación de las barras y estrellas, Obama estaría ya empaquetando sus pertenencias y saliendo por la puerta de servicio de la residencia presidencial.
Y es que el actual mandatario yanqui parece haberse fijado en los peores ejemplos de Zapatero para aplicarlos en su gestión. Mintió a los ciudadanos con la historia de la retirada de las tropas en Irak y ahora se ha limitado a hacer una especie de paripé dejando sólo a 50.000 unidades en territorio hostil. Con el aborto, tres cuartos de lo mismo o una pésima gestión de la seguridad interna.
De nuevo los Estados Unidos vuelven a ser un foco bastante apetecible para la comisión de un atentado, pero este caballero parece no enterarse. Abraza a los herederos de los autores de los peores atentados que ha sufrido el país. Exactamente lo mismo que hace Zapatero en España, negociando pornográficamente con ETA y haciéndole el juego a los marroquíes en el affaire melillense. Si a ambos les tira la chilaba, que funden el partido, Yes, I am musulmán.
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Máximo Medina -