El timo de las primarias socialistas
Los socialistas canarios no se aclaran. Después de dejarse mangonear hace cuatro años por la Ejecutiva nacional, federal o como demonios se denomine al máximo órgano con el nombramiento unilateral de Juan Fernando López Aguilar, ahora hablan de democracia interna y de que las primarias son la mejor medida de que en el PSOE impera la libre discrepancia, algo que no hay en otras formaciones (el PP, por supuesto, que es su verdadera obsesión).
Lo que sucede es que una mentira contada mil veces (o un millón) no tiene porque convertirse en verdad. En realidad, seguirá siendo una gran mentira, pero disfrazada de lo que ustedes quieran. Su hombre para las elecciones autonómicas era José Miguel Pérez, al que eligieron como secretario general, con un estrecho margen sobre el tapado de López Aguilar, Manuel Marcos. Nadie en el partido había alzado la voz e incluso el propio portavoz parlamentario, Francisco Hernández Spínola, destacó que su apuesta era por el actual secretario general.
Sin embargo, el juanfernandismo sigue metido como un virus maligno en el disco duro del socialismo canario. Santiago Pérez, el malhumorado de La Laguna, se postula ahora como posible rival del otro Pérez, de José Miguel. Fue hablar el comandante y todo el mundo a jalear las primarias como la gran solución, un hallazgo de incalculables valores democráticos, claro que sí.
Por eso, el PSOE en las Islas ha ido montando su discurso sobre mentiras y falacias. Las encuestas tan favorables que esgrimía el señor Spínola no deben ser tan buenas porque, insisto, con la marca no se ganan las elecciones. Se supone que los encuestados deben conocer quién será el candidato de cada formación y si estaban tan arriba sería por Pérez (José Miguel), digo yo. O es que la gente vota socialismo porque sí. Miren lo que pasó a nivel nacional con Almunia, al que no apoyaron ni los suyos.
Y miren, si lo de la democracia interna está genial, que haya primarias en todos los partidos sería lo mejor para que los afiliados puedan decantarse por A o por B e incluso po C y D, pero no vale agarrarse a este argumento cuando hace sólo unas semanas se descartaba cualquier posibilidad de convocar en las Islas unas primarias. Pero ha sido ver lo que ha pasado en Madrid y aquí, tan originales como siempre, copiamos un modelo que no vale, sobre todo porque en la capital de España ese proceso ha sido forzado por Zapatero y por un Tomás Gómez que no ha querido bailarle el agua al presidente del Gobierno.
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Máximo Medina -