'Mas' hundimiento para el PSOE y el triunfo del PP
Se acabó la fiesta de Montilla y asociados en Cataluña y, lo que es peor para el PSOE, es el preludio de lo que le va a pasar en el año y medio que queda por delante, con comicios municipales, autonómicos y generales (si es que estos últimos no sufren una anticipación, que tampoco sería desdeñable dado el estado de las cosas). El triunfo de los convergentes, nada extraño por otra parte, dado que habían ganado también en 2003 y 2006, ha sido arrollador, pero no suficiente para tener las manos libres.
Por cuestión ideológica, es el PP quien tiene la posibilidad de reforzar o echar por tierra las propuestas del notarial Mas. Sí, ese mismo que no dudó en ir a un notario a firmar un documento en el que se comprometía a no establecer acuerdos con los populares. Por eso, ahora el pseudoindependentista de CiU se ha metido en un jardín del que es muy complicado salir, a no ser que busque otra serie de acuerdos.
Hay quien mantiene una hipótesis arriesgada, electoralmente hablando, pero nada descabellada. Tal vez, con esos acuerdos que ha habido a nivel nacional entre la Convergencia y el socialismo, igual Mas pudiera rescatar del desastre a un Montilla que, a esta hora, aún debe estar recuperándose del soponcio de verse fuera de la Generalitat. Sin embargo, los suyos no perdonarían un posible pacto con el PSOE, sobre todo porque en las dos últimas convocatorias el tripartito arrebató el poder a los nacionalistas en los pactos post electorales.
Por supuesto, personajes como el candidato de CiU, con una cara de cemento y de hormigón armado, son capaces de retroceder en sus planteamientos y, con tal de rascar poder, tal vez rompa ese documento notarial y se eche en los brazos del PP. Es consciente Mas de que determinadas acciones necesitan un respaldo mayoritario y, dejando al margen a los socialistas, a la izquierda verde, a la radical independentista y al vodevil de Laporta (que encima ha sacado cuatro escaños), sólo le queda una opción válida, la del PP. Ciudadanos, con tres actas, no le sirve al líder de CiU.
En la otra acera ganadora, la del PP, porque así se ha de ver a tenor de la comparativa entre 2006 (14 escaños, por los 37 del PSOE) y 2010 (18 escaños, por los 28 del otro partido estatal), la situación es de tranquilidad, de saber que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña y de que ya es hora de que se acaben las derivas secesionistas. Es lógico pensar que los populares piensen a largo plazo, en el año y medio inicial para las elecciones generales.
No se quieren repetir patinazos históricos como el de 1995, cuando un genial resultado de Vidal Quadras fue sacrificado por José María Aznar para garantizarse el apoyo convergente en Madrid. Ahora, con las encuestas en la mano, es más que probable que en Génova 13 no precisen ayuda en 2012. Por eso, la consigna es paciencia y que se muevan los hombres de Mas. Los conservadores no tienen que salir al ataque, al menos en terreno catalán. Basta con aguantar y defender bien las contras convergentes.
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Máximo Medina -