Este Atleti...
Este Atleti…Esa fue la frase que nuevamente se pudo escuchar anoche en los aledaños del estadio Vicente Calderón y en muchas casas rojiblancas tras presenciar la derrota de los de Quique Sánchez Flores ante uno de los equipos más débiles del continente europeo. Los fantasmas, los viejos males que aquejaban a la entidad de la ribera del Manzanares, han vuelto a aparecer por los cuatro costados del terreno de juego para recordar a quienes pensaban que la entidad había dejado de ser la Pupas de turno que estaban muy equivocados. El Atlético, qué duda cabe, es así.
Desde luego, en tiempos del malogrado Jesús Gil, un batacazo como el del miércoles frente al Aris de Salónica hubiese supuesto una catarsis. El puesto del entrenador estaría en entredicho y el choque sabatino contra el Levante sería un ultimátum. Afortunadamente, las cosas han cambiado diametralmente, de lo cual también hay que alegrarse, aunque conviene no olvidar que el Atlético de Madrid es el actual campeón de la Europa League y ha sido prácticamente apeado de la competición por un equipo de medio pelo. Los milagros existen, pero no parece que el Rosenborg vaya, siquiera, a empatar en terreno griego, amén de que los rojiblancos han de ganar en Alemania al Bayer Leverkusen.
También es verdad que el Atlético de Madrid entra en la historia, aunque sea por un aspecto negativo, dado que nunca una formación helena había conseguido arañar un triunfo en terreno español. Incluso hasta un seguro en la meta como David De Gea estuvo anoche con más fallos de lo normal, quizá porque tampoco el conjunto había conseguido olvidarse del varapalo del pasado sábado ante el Español. Sea como fuere, el caso es que el club tiene que ir olvidándose de seguir sellando el pasaporte europeo por esta temporada, pero sí centrarse en lo que queda (que no es poco).
Ahora, qué duda cabe, la entidad del Manzanares tiene ante sí la ocasión de centrarse en la Liga, luchar como mínimo por esa tercera plaza en el campeonato y de intentar superar más rondas en la Copa del Rey. Cierto es que este año el camino no es de rosas y que, en caso de superar la eliminatoria contra los periquitos, en cuartos le esperaría el Real Madrid, al que se da por hecho que superará al Levante. La afición se merece seguir con la fiesta de mayo de 2010, aunque después de quince años de sequía ya nos dimos por satisfechos. Pero el ser humano es insaciable por naturaleza.
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Luis Miguel Grandoso -