Periodista bernardesco y zapateril
“Les voy a hablar de la crisis de los controladores. Sí, esos militares sin uniforme, galanes sin galones, que sólo ganan una media de doscientos cuarenta mil euros al año. Una "mierdecilla", como quien dice. Esos a los que un virus mutante les entró el viernes por la tarde -a todos a la vez- y terminó con una cagalera -con perdón- general en el mismo momento en el que se decretó el estado de alarma”.
“Estos señoritos y señoritas, tan gallitos ellos hasta que les pusieron las pilas, están ganando esa inmundicia por un máximo de 1.670 horas al año, es decir, unos 140 euros a la hora. Realmente vergonzoso. Y este blindaje procede del convenio firmado en 1999, con Aznar a la cabeza del Partido Popular. Ese que no se sabe bien qué es lo que apoya ni al lado de quién está. Ni en esto ni en nada. El gobierno de Zapatero no ha querido persistir en el chantaje, aun a costa de tener todos los ojos del mundo vueltos hacia nosotros”.
“Y se ha querido poner orden en lo que era un poderoso lobby en el control aeroportuario. Ha preferido gobernar a largo plazo y en beneficio de los ciudadanos y no mirando a las próximas elecciones. Si los desorbitados sueldos y sus correspondientes cuotas de seguros disminuyen considerablemente, la traducción inmediata será la reducción definitiva del coste de los vuelos o al menos su no incremento, lo que indiscutiblemente redunda en beneficio de los viajeros. La lectura es fácil y los goterones no se arreglan sin levantar el tejado”.
“El papelón a que nos tiene acostumbrados el Partido Popular, con su líder más deteriorado que una alpargata, no ha causado grandes sorpresas. Ya lo expresó Eduardo Madina al pedir al PP que si no piensa arrimar el hombro, al menos que no moleste o lo haga lo menos posible. Ese es el concepto que se tiene en general del principal partido de la oposición, aprovechar el más mínimo resquicio para pedir elecciones, como un disco rayado y sin tener en el horizonte para nada ni el bienestar de los ciudadanos ni lo que se debe hacer en cada momento”.
Y ahora, como hizo Rajoy en el Congreso, diré firmemente que estas palabras no son mías, no me gusta la escatología y eso es lo que sí ha hecho Alejandro de Bernardo, columnista de El Día , que normalmente nos enriquece con sus panegíricos en contra de la derecha que es, por supuesto, la que tiene la culpa de todo. Hasta de lo que hicieron los controladores el pasado 3 de diciembre. ¡Qué pena, tener tanta cara, y enseñarla tan poco! (controladores y el susodicho columnista.
Este caballerete tuvo la ocurrencia hace unos días que estaba hasta los mismísimos de leer mis columnas, que ya estaba bien de estar escribiendo con el carné del PP en la boca. Pues mire, dos cosas, primero que yo no me meto cosas incomestibles por la cavidad bucal y, en segundo lugar, puesto a hablar de sustancias poco recomendables, el documento de afiliado socialista me resultaría de todo punto indigesto.
Por supuesto, a estas alturas de la película no voy a negar que tengo unos ideales políticos, pero incluso con esa premisa (puede usted preguntarle a su vecina de tribuna de opinión, la conservadora Cristina Tavío) tampoco me callo cuando los que entiendo que son la opción mejor para Santa Cruz, para la isla, para Canarias y para el resto de España empiezan a hacer disparates. Sin embargo, ¡qué curioso! para usted no hay nada que criticar a la izquierda. Si lo del conflicto de los controladores es culpa de Aznar y de Rajoy, sinceramente, no me extrañaría que cualquier día también se ponga en la línea del editor independentista de El Día y afirme que los españoles también arrasaron a los guanches y que usted no tendría que llamarse Alejandro de Bernardo, sino Bencomo Echedey.
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Julio Trepat -
Máximo Medina -