Tomé Cano: El nuevo Bronx santacrucero
Los vecinos de la plaza de Tomé Cano o de Los Sabandeños no pueden más. Están hasta el mismísimo gorro de ser sujetos pacientes de una especie de experimento nuclear sui géneris. Pese a estar ubicada en un lugar privilegiado de Santa Cruz de Tenerife, el pasotismo del Ayuntamiento para resolver los problemas que se generan en este entorno supera cualquier cota de desesperación imaginable e inimaginable. Es, directamente, un desastre encima de otro. Los dos últimos concejales que han pasado por el distrito Salud-La Salle, la nacionalista Begoña Ortiz y el popular Juan Manuel Brito, han sido catastróficos, pésimos en su atención a quienes habitan en esta zona. Les importa una higa lo que suceda en un lugar al que ya se le conoce como el nuevo Bronx.
Las navidades, como tal fecha, no existen en esta plaza. Cierto es que este año el Ayuntamiento se acoge a la manida crisis para recortar la decoración e iluminación en las calles, pero es que ni una triste flor de Pascua se ha colocado en la zona. Otros barrios cuentan con sus adornos florales, puestos por la concejalía de turno. ¿Motivos de la discriminación? Pueden ser muchos, aunque mantengo la teoría de que la inutilidad y la pasividad de la señora Ortiz y del señor Brito son argumentos más que suficientes para entender las razones por las que este entorno sufre el más vil de los abandonos.
Y ya no sólo es el tema de la decoración floral, de la carencia de iluminación y adornos navideños. No, el problema va más allá. La plaza de Tomé Cano se ha convertido en un nido de pseudodelincuencia consentida y permitida por la propia Policía Local. La llamas 30 veces y sólo acude, con un poco de suerte, una vez. Se han quemados bancos, contenedores, se ha destrozado el pavimento, se tronchan árboles, algunos dueños de sus mascotas dejan sus ‘pasteles’ en medio de la vía, se consiente la apertura y puesta en funcionamiento de puestos de castañas tan tercermundistas que nos los habría ni en el barrio más inmundo de Nairobi, ruidos a altas horas de la noche, trapicheos varios, robos en comercios y en quioscos, coches en doble fila, obstrucción de la salida de los garajes y aquí nadie le pone remedio. Eso sí, como juegue el Tenerife, de repente, aparecen los agentes locales como setas.
Los vecinos ya están hasta los mismísimos (lo que ustedes se pueden imaginar) de la tomadura de pelo constante del actual concejal de zona, el ex árbitro Brito Arceo. Se ha creído, nunca mejor dicho, que puede tomar por el pito del sereno a las personas que viven o mantienen sus negocios en la zona. Sus criterios de gestión, nunca mejor dicho, son totalmente discriminatorios y arbitrarios. Pero claro, qué podemos esperar de un personaje que, sin ir más lejos, abandonó sus responsabilidades como concejal en la pasada legislatura para ir a hacer el cafre a Gran Hermano. Iba a preguntarme que en manos de quién estamos, pero no es necesario. Si pésimo era en el terreno de juego impartiendo justicia deportiva, peor aún es en las lindes de la gestión municipal. A ver si los vecinos le sacan la tarjeta roja el 22 de mayo. Le estaría bien empleado por gandul y descuidado.
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Frank -
Máximo Medina -