¡Anda ya!
Con los socialistas en el poder, todo cambia en España, además, por regla general a peor. Los siete años de Zapatero en la Moncloa han sido un ejemplo de contradicciones y de chapuzas que cada vez se han ido superando a sí mismas. La fonoteca, la videoteca y la hemeroteca ponen de relieve que cada vez que ZP abre la boca para anunciar algo, sucede justamente todo lo contrario. El presidente que jamás tocaría un solo derecho social, se ha convertido en el terminator de los más desfavorecidos. Ni cheque bebé, ni prestaciones, congelación de pensiones, recortes a las nóminas de los funcionarios, prohibiciones por doquier. Y aún así este elemento sigue tan pacho en su sillón, como si no costara y la verdad es que nos cuesta bastante…dinero y sufrimiento a los españoles.
Precisamente, una de las cosas que funcionaba en este país aún llamado España era la Dirección General de Tráfico. Un ente, dependiente del Ministerio del Interior, que iba como la seda hasta que llegó este Ejecutivo sociata y pusieron como máximo responsable a un sujeto abyecto que responde al nombre de Pere Navarro. La intención de este individuo ha sido, es y será (mientras le dejen) fastidiar por activa y por pasiva a los conductores. Aquí, sacarte el carné es sinónimo de convertirte en sospechoso habitual y como se te ocurra comprarte un coche, para qué te cuento. Ya estás a la altura de un talibán o del mismísimo Osama Bin Laden.
Este Gobierno de las libertades…restringidas, no hace otra cosa que tutelarnos día tras día y noche tras noche. Cualquier día nos salen con el mensaje infantil de “Esto no se hace, esto no se dice, esto no se coge”. Estos señores se creen que somos bobos, que no estamos instruidos y que tenemos que ir cogidos de la manita. Todo lo relacionado con el automóvil es digno de ejemplo. Primero nos machacan vía estadísticas con el carné por puntos, después meten radares a punta pala y, sobre la marcha, retuercen la legislación para prohibir los aparatos que detectan esos controles y, ya de cachondeo, te dicen aquello de “No podemos conducir por ti”.
Ahora, transitoriamente, te cambian las señales de 120 a 110 kilómetros por horas, se dejan un cuarto de millón de euros en las pegatinas que, según ellos mismos reconocen, en julio ya puede ser que no tengan vigencia, casi te prohíben que saques el coche a ni ser que haga un día resplandeciente y, como el cachondeo con el contribuyente no es suficiente, ahora los nuevos anuncios de la Dirección General de Tráfico apuestan por el uso de la bicicleta o, directamente, que te procures un buen calzado y a caminar al trabajo se ha dicho. ¡¡¡Ole!!!
Desde luego, que la DGT se ponga ahora a decirle a los ciudadanos que tienen que ir andando a sus puestos de trabajo resulta, en el mejor de los casos, una broma de mal gusto. ¿Para eso necesitamos que siga un ente de estas características? Mejor haríamos en reconvertirlo y llamarlo la DGP, la Dirección General del Peatón. Al menos nos ahorraríamos las multas y las campañas absurdas que en los últimos años han puesto en marcha, spots que, por otra parte, luego este sujeto, Navarro, se ha saltado a la torera y encima reconociendo en entrevistas que él, ahora mismo, desconoce normas del código de la circulación. De risa.
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Máximo Medina -