El País...de Rubalcaba
¡Qué curioso! El diario independiente de la mañana, pero dependiente del Gobierno socialista de turno, ¿o tal vez habría que decir del ministro del Interior de siempre, el sinpar Alfredo Pérez Rubalcaba? resulta que se descuelga de golpe y porrazo con las famosas actas de las negociaciones mantenidas entre el Ejecutivo de Zapatero y el entorno de la banda terrorista. No es que haya hecho lo de El Mundo, quien anticipó una pequeña parte del pastel, sino que ha soltado la tarta entera, bien con el objetivo de conseguir que nos empachemos de una vez por todas y caigamos en una verdadera indigestión o bien con el fin avieso, y me creo más esta segunda opción, la de lograr desactivar el interés por la información adelantada por el diario de Pedro J. Ramírez, concretamente por su redactora Ángeles Escrivá.
Conociendo el percal del periódico de Prisa, evidentemente no ha publicado esos datos sin haber un trasfondo, una intención claramente definida. El País lleva tiempo apostando con claridad por Rubalcaba como candidato del PSOE y no duda un solo instante en apuñalar vilmente a Zapatero. Al falso leonés lo tiene más que amortizado, ya no sirve para la causa, sobre todo desde que ZP optó por aliarse mediáticamente con el emporio empresarial de Jaume Roures. Los favores al editor de Público, dueño de La Sexta, de Mediapro y un largo etcétera de ramificaciones comunicativas, sumado a los problemas de financiación del imperio polanquista, han provocado que en Gran Vía 32 y, especialmente, en Miguel Yuste 49 se apueste por el titular de Interior, a ver si de nuevo las partidas económicas vuelven a sus fueros tradicionales.
Evidentemente, a Prisa, a El País se la trae al pairo si las actas son o no verdad. Al rotativo lo que realmente le preocupa seriamente es, por un lado, que siga Zapatero al frente de las operaciones porque eso conlleva un descrédito electoral para la marca PSOE de cara a las elecciones generales de 2012, y por el otro que el PP pueda obtener una mayoría tan aplastante que acabe por hacer con los medios afines lo mismo que el PSOE ha hecho en estos ocho años de mandato, que no es otra cosa que favorecer abiertamente a los amigos.
De todas maneras, lecturas y debates interesados aparte, lo que se sustancia realmente es conocer hasta qué punto ha sido capaz de llegar el Gobierno de Zapatero de negociar con los terroristas y qué concesiones estaba dispuesto a hacer el entorno de ZP a cambio de la paz definitiva. Por mucha dignidad que quiera aparentar ahora Alfredo Pérez Rubalcaba, los hechos demuestran que se empezaron las conversaciones antes de la autorización del Congreso de los Diputados. Pero, ¿nos podemos fiar los españoles de un abyecto individuo que ha sido capaz de ocultar las cartas de extorsión de la ETA en pleno proceso de ‘paz`? Está claro que no.
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Máximo Medina -