Túmulo sociata
El PSOE, sea a nivel nacional, autonómico, provincial o local, está a lo que está, que es a ocuparse de los asuntos que en poco o nada importan al común de los ciudadanos, pero al menos es bueno que sepamos cuáles son sus intenciones porque, de esta manera, estamos preparados para saber qué papeleta no hay que escoger el 22 de mayo.
Que el cabeza de lista del partido del puño y la rosa por Tenerife, Francisco Hernández Spínola, salga a decir que una de sus prioridades será la de la elaboración de un censo de represaliados del franquismo y hacer un listado detallado de las fosas donde pudiera haber muertos por las balas del tío Paquito es, como mínimo, un insulto a una población que, a día de hoy, tiene unas prioridades y unas preocupaciones menos escato-arqueológicas que la de andar husmeando en túmulos y tumbas por media isla, no vaya a ser que a alguno le pase lo que a la señora Mercedes Pérez Schwartz y acabe diciendo nada más que sandeces después de coger con insolación de campeonato buscando huesitos.
Los socialistas, lamentablemente, siguen instalados en el rencor, en el pasado más oscuro. Ni siquiera Felipe González, con el recuerdo latente de lo que había sido la larga dictadura española, osó siquiera a mover una piedra. Imagínense ustedes el contexto, 1982, hacía siete años de la muerte de Franco y casi hasta era lícito que se reclamase una especie de justicia moral. Pero ese PSOE de González, que posteriormente derivó en terrorismo de Estado y en saqueo indiscriminado a las arcas públicas, jamás se atrevió a rescatar la memoria de nada ni de nadie, ni de rojos ni de azules. Se había pactado entre fuerzas de diversas ideologías un texto como la Constitución y esto no tocaba removerlo.
Sin embargo, cuando un Gobierno como el de Zapatero no tiene ideas y quienes están por debajo de él las tienen aún en menor cantidad (y encima malas) suceden estas disfunciones. Los familiares de muchas de estas víctimas del franquismo, sobre todo el caso paradigmático de García Lorca, no quieren que se sigan jerigando tumbas en busca de los restos, sobre todo porque se corre el riesgo de profanar los lugares de reposo de otras personas.
Los tinerfeños, los canarios y los españoles, por extensión, no precisamos de que vengan estos aprendices de Indiana Jones a hacer escato-arqueología barata y pestilente. Los ciudadanos reclamamos otras necesidades como una sanidad pública de calidad, una educación en los parámetros de los países más avanzados de la Unión Europea o la creación de empleos estables y de calidad. Dejen a los especialistas en la materia buscar y rescatar cada detalle de nuestra memoria, pero sin sesgos políticos. Pero pedirle eso al PSOE es como reclamarle peras a un olmo y al señor Spínola se le está poniendo una cara de ídem…
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Máximo Medina -