Rubalcaba: La palabrería de la nadería
Alfredo Pérez Rubalcaba se supera a sí mismo. El líder del PSOE ha logrado hacer de su discurso el arte de la palabrería sin decir absolutamente nada. Llega a un mitin o a uno de esos actos tan cucos, tan coquetos, tan minimalistas que a él tanto le gustan y empieza a soltar la sin hueso como si no costase. Y mira que parla el caballero, pero al final acaba por no decir absolutamente nada. Es un perfecto equilibrista del verbo, pero da tantos saltos mortales que al final acabará por pegársela como un campeón.
Cojan ustedes cualquier total en televisión de Rubalcaba y verán que siempre utiliza la misma fórmula, con algunas variantes, pero en puridad no se sale del mismo guión: "Lo que tenía que decir lo he dicho, pero en realidad tal vez habría querido decir que tal vez tengamos que matizar porque el contexto ya no es el mismo y habrá que analizar en profundidad los cambios para ver si sostenemos la misma argumentación". A RbCb no le gusta ser parte del PSOE, por lo menos del actual, y trata de manera nada disimulada de esconder la marca del partido cual si fuese una mácula de la que se avergüenza, cosa que no es de extrañar si no fuese porque parte de esa vergüenza es responsabilidad suya, puesto que estuvo en ese Ejecutivo que aprobó lo que aprobó, es decir el gran tijeretazo.
Fíjense ustedes los grandes giros y cambios del candidato socialista que hasta la escenografía ha tornado su color rojizo por el azul, al menos así ha sucedido en el acto del pasado fin de semana en la capital de España. Cuando uno tiene que recurrir a esas modificaciones, aunque a alguien le pueda parecer nimio, es señal evidente de que toda la estrategia está cogida con pinzas, de que no cala el mensaje y ya sólo queda rezar a alguna deidad para que el cambio del envoltorio dé sus frutos. Es como esa hamburguesa que nos cuelan la primera vez y luego le tratan de cambiar el envase, el dibujo y hasta echarle más colorantes y conservantes a ver si picamos y nos llevamos de nuevo ese producto incomestible.
En síntesis, esto es Rubalcaba, un político de difícil y penosa digestión para el electorado, que se repite como el ajo y que está lleno de contradicciones. Porque, volviendo a la diatriba rubalcabiana, "los recortes los hace la derecha, la izquierda mantiene las prestaciones sociales, otros son los que recortan, nosotros, no". Es verdad, Rubalcaba y el PSOE no han recortado, sino que han cercenado por completo el estado del bienestar, pero es que ahora Rubalcaba no es del PSOE, sino de una terminal de la zurda que comparte local en Ferraz, pero en realidad no tiene que ver con esa sede. No sé ustedes, pero a estas alturas de la columna me he liado y me hace falta un GPS porque, a fin de cuentas, ¿quién pierde el 20-N? ¿Rubalcaba? ¿el PSOE? ¿el medio ambiente?
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Máximo Medina -