Lágrimas de pega
El PSOE se ha transformado de un partido político en un club peculiar de la comedia o de la hipocresía. Ver soltar la lagrimita en el mitin de San Sebastián a Alfredo Pérez Rubalcaba, Patxi López u Odón Elorza dos días después del comunicado trampa de ETA es, como poco, un gesto que denota hasta qué punto se ha llegado en el comportamiento de los socialistas con respecto al mundo abertzale. Las concesiones han sido cuantiosas hacia los violentos, pero ahora se nos quiere hacer ver que hay una sensibilidad especial para con las víctimas del terrorismo. No cuela, sencillamente es otro burdo montaje perfectamente pergeñado por la factoría rubalcabiana.
Este Ejecutivo zapateril ha estado buscando por activa y por pasiva un gesto de los terroristas, ese comunicado que llevarse a la boca para, por lo menos, tratar de vender algo a su cada vez más escuálido electorado (según las encuestas) y al final lo único que ha conseguido es, precisamente, que la ETA anuncie el cese, que no el fin, de la acción armada. Todo un enredo semántico, bastante chapucero por cierto, para en realidad decir exactamente lo mismo que han venido patrocinando en las últimas décadas: o se logra la independencia del País Vasco o seguimos con los atentados, los secuestros, la kale borroka y los robos de explosivos y armamentos. En este caso, nunca mejor dicho, dos y dos son cuatro, aunque el Gobierno quiera vendernos que son tres o cinco.
Por eso, nadie con dos dedos de frente entiende esa sensación de alegría, de complacencia, de estar exultante como si la ETA hubiese hecho algo fuera de lo normal. Nada, no hay nada, un anuncio que se vino a complementar con el que hizo hace algunos meses, pero que es tan papel mojado como todos los acuerdos o mensajes que nos ha hecho llegar a la sociedad española. No podemos creernos nada de ETA o sus sucursales políticas (Bildu-Amaiur-Sortu) porque, para empezar, son incapaces de cumplimentar las normas democráticas más esenciales que vienen dadas por el cumplimiento escrupuloso de la Constitución. ¿Dónde está la bandera española en muchos de los municipios gobernados por Bildu? Quien no respeta esa mínima norma, no puede querer que luego se le crea a la hora de abogar por la rendición.
Pero bueno, dejemos que Rubalcaba y su troupé crean que tienen algo a lo que agarrarse, que lloren de alegría o de ternura. Los que seguro que se tienen que estar partiendo la caja son aquellos que están metidos de lleno en la lucha armada porque saben que ahora cuentan con más tiempo para rearmarse mientras se prolonga una negociación política que está condenada a la perpetua vía muerta. A más tiempo que se prolonguen las conversaciones, más fuerza para los proetarras cuando toque regresar a las armas. ¡Ojalá me equivoque, pero demasiados precedentes hay en contra como para pensar que todo derivará en reconocimiento justo a las víctimas y que los violentos paguen y purguen sus penas!
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Máximo Medina -