Insultar en la red social ya no sale gratis
El hoolinganismo político tiene que tener sus límites y, de hecho, ya los está teniendo, además con consecuencias directas para quienes caen en la tentación de creerse impunes en las redes sociales. Mal está que un ciudadano anónimo utilice su Facebook o Twitter para verter su bilis contra alguien en concreto, pero peor aún es el hecho de que sean representantes de nuestra clase política los que opten por hacer la gracia. En pocos días han sido dos representantes del PP los que han visto truncada su carrera política por hacer el machango en las redes sociales.
En concreto, se trata del coordinador general de Circulación del Ayuntamiento de Madrid, Fernando Autrán, y de la ya ex concejal de Palma de Mallorca, Francisca Pol, que hicieron el primo (dicho sea con todos los respetos) al insultar y colgar un fotomontaje, respectivamente. En el primer caso, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, tuvo que forzar su dimisión, mientras que la balear tuvo un gesto de decencia y optó por dejar todos los cargos, incluida seguir en las listas al Senado.
Como dice Jack El Destripador, vayamos por partes. El señor Autrán desvarió en su cuenta de Twitter y colocó los siguientes mensajes: "Urkullu ez de euzcadi porque ez jilipollaz", "Prisa va mal, muy mal. Mas EREs", "Ya se que la tele engorda, pero vaya culo tenia la Srta. Trini!!!". En fin, creo que los mensajes se contestan por sí mismos. El no coincidir políticamente con los adversarios o con determinados grupos de comunicación no da derecho a esa barrabasada. En este caso, y propio del cargo que ejercía, se pasó de frenada.
Y casi no se había acallado este escándalo cuando la señora Francisca Pol metió la gamba por colocar en su muro de Facebook un fotomontaje en la que la ministra Chacón enseñaba un pecho. A decir verdad, la imagen llevaba mucho tiempo circulando por la red, pero el pecado de esta política conservadora fue colgarla en su muro. Por lo menos, ha tenido, insisto, la honradez de dar un paso al costado, reconocer los hechos y pedir públicas disculpas, que en los tiempos que corren no es sencillo encajar un revés así.
Esperemos que estas dos meteduras de pata sirvan de verdad para que los políticos y, en general, toda la sociedad, se conciencie de que no podemos entrar en la descalificación gratuita, de que es excelente el contraste de ideas, pero no la burla zafia. La rapidez alarmante de las redes sociales hace que en cuestión de segundos cualquier comentario se propague a la velocidad de la luz y las consecuencias suelen ser devastadoras para quienes meten la gamba.
2 comentarios
Delia -
Máximo Medina -