Cosas lógicas
Cosas lógicas, cuestiones que, en una sociedad con dirigentes normales, no debieran de ser noticia, pero que, lamentablemente, en la España que deja el zapaterismo más recalcitrante son temas en boga porque el empeño de un presidente con menos luces que una mina abandonada ha sacado a relucir polémicas innecesarias y que, al final, cual boomerang, se vuelven contra él y los suyos. Uno de estos capítulos chuscos se refiere a la obligatoriedad de la igualdad por decreto, porque a Zapatero le salió desde las mismísimas
cuotas.
Por eso, más que hacer una liturgia o hacer apostolado sobre esta causa, me quedo con la reflexión que ha hecho en Periodista Digital el escritor y economista Álvaro Lodares. Es tan simple y hasta tan predecible que resulta sencillamente genial. La igualdad que ha promovido y promocionado Zapatero a lo largo de estos años ha sido, precisamente, la de fomentar la desigualdad activa. ¿Para qué estudiar o esforzarse en el trabajo si al final un puesto no se concede en función del mérito, sino de cubrir la cuota femenina/masculina?
En resumen, esta es la apreciación de Lodares sobre lo que ha significado la igualdad de Zapatero a lo largo de estos siete años, un compendio del disparate y de la mayor discriminación posible, acabar poniendo a mujeres como meros floreros
"La diferencia con la igualdad socialista, y que sobre todo ha querido promover este Gobierno saliente de Zapatero es que éste ha querido promover la igualdad mediante la ley, es decir que si no estamos todos iguales hacen una ley para igualarnos. Y eso rompe con el mérito de las personas, por eso esperamos que con el cambio de Gobierno esto vuelva a lo de antes y que finalice esa política intervencionista en la que al final la mujer no está en un puesto por sus méritos propios, al igual que esa medida de que se obligue a las empresas a que tengan un mismo número de hombres y mujeres en sus juntas. ¿Por qué una empresa no puede tener en sus órganos de dirección todo mujeres? Hay que apostar por la gente válida".
Y es que es así como debiera ser en la vida, el que vale, el que tiene la potencialidad, que ocupe aquel puesto de prestigio que se ha ganado. Es como dos y dos son cuatro, pero este socialismo heredero del comunismo soviético, el de la igualdad por debajo, el de la sopa de col para todos, ha acabado con la competitividad y las ganas de esforzarse.
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Máximo Medina -