El 'iluminado' de Gallardón
El alcalde de Madrid, el previsiblemente nuevo ministro en el gabinete de Mariano Rajoy, Alberto Ruiz Gallardón, está consiguiendo cada Navidad que está al frente del Consistorio un récord de muy difícil consecución por quienes hereden su cargo. El regidor madrileño está haciendo de la iluminación que se coloca en esta época tan entrañable un debate de hondo calado porque consigue no dejar indiferente a nadie. En lo que sí está todo el mundo de acuerdo es que estamos ante una decoración que para nada es significativa de la Navidad. Y menos mal que este año se han introducido medidas de ahorro como bombillas LED y menos tiempo encendida esa iluminación.
Sin embargo, a mí lo que me sigue preocupando del señor Gallardón es esa manía suya de querer quedar bien con todos y hacer que lo que era un acto imperdible para cualquier familia, el pasear por Gran Vía, Preciados, Sol, la Plaza Mayor y las calles aledañas sea hoy una tortura visual porque, cuando no son cajas, son letras donde se evita la palabra Navidad. Incluso hemos tenido que ver en años pretéritos símbolos que casi parecían más árabes que otra cosa.
Y vamos a ver qué sucede con la cabalgata de Reyes, otra de las citas importantes de la Navidad en Madrid y que el señor faraón ha conseguido cargarse irremisiblemente. No sólo es ya la introducción de personajes infantiles como Bob Esponja, Shin Chan o Doraemon, sino que a veces se ha creído que en vez de estar preparando la cabalgata de Sus Majestades los Magos de Oriente estaba diseñando el desfile del Día del orgullo gay o de Halloween.
Eso sí, con el riesgo que conlleva no saber con certeza cuál será el destino de Gallardón, ¡menuda tarjetita de Navidad con la que Gallardón ha podido felicitar las Pascuas a sus votantes si finalmente se va a un ministerio! Al igual que su insulsa iluminación, el aún alcalde de la Villa y Corte habría engañado a los electores para vender un proyecto de cuatro años y dar el cambiazo posterior al medio año. Y es que, dicho sin segundas, su marcha del Ayuntamiento puede ser un alivio económico, todo dependerá de cómo vean algunos la botella, medio llena o medio vacía.
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Máximo Medina -
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