Edificios de lujo
Si no lo veo (en este caso si no lo oigo), no lo creo. El Gobierno de España, independientemente de quienes hayan estado al cargo de la gestión de este santo país, ha llegado a la paranoia de gastar alrededor de 100 millones de euros en alquileres de sedes oficiales cuando tiene un zurrón de ellas sin darle uso, vacías de contenido totalmente. Eso sí, debía ser que los lumbreras de turno pensarían que como el dinero público no es de nadie, pues venga a gastar como si no costase nada. Y sí, claro que esto nos estaba saliendo por un riñón y parte del otro.
Es importante recordar que ahora mismo existen, según datos ofrecidos por la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, nada menos que 2.381 empresas públicas, 613 fundaciones y 1.029 consorcios y que adeudan la bonita cifra, pásmense ustedes de 60.000 millones de euros, triplicando esa pella económica en el plazo de tres años, es decir desde finales de 2008 o principios de 2009.
Y es que muchas de estas entidades estarán pagando esos cuantiosos alquileres cuando en el Inventario General de Bienes Inmuebles se puede certificar la posesión de 55.000 edificios por parte de la Administración General del Estado, ¿alguien lo puede entender? Supongo que ustedes, siempre ávidos y sagaces lectores, tampoco le encuentran explicación. Eso sí, dado el sobrepeso que aqueja al Estado, estaremos hablando de que para cuando se quiere adelgazar la Administración ya habrá cogido más grasa despilfarradora, porque estos remedios tardan tanto en actuar que al final siempre hay tiempo para que surjan empresas de nueva creación.
Otro dato que habla pésimamente de nuestros gobernantes, repito que sean del partido que sea, principalmente PP y PSOE, es que sólo en la capital de España hay patrimonio inmobiliario sin usar que a precio de mercado viene a suponer unos 500 millones de euros, un dineral que está ahí muerto de risa mientras que a algún fenómeno se le ha ocurrido la genial idea de gastarse un extra de 100 millones en alquileres. Esto es como para miccionar y no echar gota.
Esperemos que las palabras de la señora Sáenz de Santamaría no supongan un mero diagnóstico y que se actúe sobre la raíz del problema, pero ya. España no está para más despilfarros, el déficit que nos dejó el Ejecutivo de Zapatero supera los 45.000 millones y no sólo no cabe gastar un céntimo de más, sino que hemos de acabar con esa dispersión de entes oficiales, en ocasiones montados con el único fin de colocar a una serie de estómagos agradecidos a cambio de rico votito en la urna.
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Máximo Medina -