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Desde mi escaño

César Fernández Trujillo: El orfebre de la palabra

César Fernández Trujillo: El orfebre de la palabra

Con el deceso de César Fernández Trujillo se nos ha ido un señor en y fuera de los micrófonos, alguien que era un excelente periodista y mejor persona, alguien que tenía siempre un saludo para los jefes, sus iguales y también para quienes empezábamos en esta apasionante profesión de contar cosas. Lo vamos a echar de menos porque su voz es irremplazable, inigualable, con una forma de contar las cosas que no había otro igual en la isla de Tenerife.

El orfebre de la palabra, como muchos otros compañeros acertadamente le han definido, nunca tenía una salida de tono en el micrófono, pero no era un periodista ni oficialista ni pelota con el poder. Si había que denunciar algo, lo hacía, pero con elegancia, sin crisparse más de lo necesario. Un especialista en todos los terrenos, así fuese deporte, política economía o sociedad. Fernández Trujillo creo escuela con su manera de entender el periodismo y son muchos los que hoy están trabajando y desempeñando puestos de responsabilidad en medios de las Islas que han pasado por las manos de este genial periodista, alguien armado de mucha paciencia y que sabía, a golpe de vista, quién valía y quién no para esta profesión, al menos de cara a ponerse delante de un micrófono.

César Fernández Trujillo era versátil e igual era capaz de retransmitir un partido del CD Tenerife, como entrevistar al consejero de Obras Públicas o ser la voz del Carnaval en esas inolvidables galas de la Plaza del Príncipe con Los Fregolinos. Sus registros eran ilimitados, pero sobre todo, vuelvo a insistir en un aspecto subjetivo, era de esas personas que marcaban por su actitud ante la vida y ante los demás, alguien con una sonrisa en sus labios, capaz de sacar una nota de humor incluso en los momentos más pesimistas. Oírle, sin duda, era un chute de calma para el espíritu, al menos lograr una paz temporal en el alma.

Desde Madrid, mis condolencias para sus familiares, amigos y para toda la profesión periodística de Tenerife y de Canarias. Porque César fue, ante todo, un caballero de los pies a la cabeza, incapaz de granjearse enemistades en un mundo tan competitivo como el periodismo. Ahora más que nunca, el Premio Canarias de Comunicación, aunque sea a título póstumo, ha de ser para César Fernández Trujillo. Descanse en paz, MAESTRO.

2 comentarios

Laicia Rguez. -

Desde este grupo de Facebook (https://www.facebook.com/groups/233646261741) PEDIMOS QUE VUELVAN A PROPONERLO AL PREMIO CANARIAS DE COMUNICACIÓN

Luis Miguel Grandoso -

Tuve al suerte de compartir micrófono (trabajar con él era otra historia y esa fortuna sólo la tuve en contadas ocasiones) con César Fernández-Trujillo en Radio Popular de Tenerife hace casi cuarenta años. Cuando le conocí personalmente me transmitió una tranquilidad enorme, porque todo lo resolvía con naturalidad y sin elevar el tono de su prodigiosa voz, que tenía la peculiaridad de enlazar con los oyentes de una forma rápida y precisa. En los estudios de la calle de La Carrera, en La Laguna, lo vi hacer de casi todo y siempre aprobaba con nota, incluso a la hora de elaborar anuncios, una faceta muy difícil y poco apreciada. Unos años después cambié la radio por la prensa escrita y si bien no le perdí la pista, apenas nos tropezábamos alguna que otra vez por la calle, pero seguía siendo el mismo: una persona calmada, profesional en su medio y con una elegancia (totalmente de acuerdo contigo Juan) que no he vuelto a encontrar en este convulso mundo del periodismo. César lo fue todo y muchos, aparte de mí mismo que tuve esa suerte, deberían aprender de su vida dedicada a esta profesión. También es cierto que nunca le conocí una enemistad, ni tan siquiera una discusión con alguien. César descansa en paz y ojalá que ese Premio Canarias que muchos piden para ti te lo concedan. Sería por el simple hecho de hacer justicia, porque creo sinceramente que te lo mereces.