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Desde mi escaño

Cojera institucional con Titsa

Cojera institucional con Titsa

¿Qué pasa con Titsa y los discapacitados, concretamente los que residen en Santa Cruz de Tenerife? Pues nada, que las competencias o incompetencias de las administraciones, pasándose la responsabilidad y la papa caliente de una a otra han dejado a ese colectivo al albur o al socaire de quedarse sin las ayudas prometidas al transporte.

En realidad, sí que estuvieron en peligro de desaparición (y de hecho aún lo están) ya que Titsa y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife tuvieron que acordar deprisa y corriendo un “periodo transitorio” para el canje, que no se sabe hasta cuánto durará, de esos bonos para guaguas que antes sufragaba en parte el Cabildo de Tenerife, y que ahora deberá asumir el Consistorio capitalino y que, sorpréndanse ustedes, no tiene una partida presupuestaria para ello.

Manuel Francos, locuaz director de Comunicación de Titsa, llegó a reconocer en una entrevista a un periodista local que ni siquiera se había pensado en los discapacitados a la hora de este tipo de subvenciones y que, añado yo, entiendo que pensaría para sí el marrón curioso que le caía a la corporación de José Manuel Bermúdez, copresidida por Julio Pérez. Y es que la Casa de los Dragos arrastra unas deudas tremendas a las que apenas puede hacer frente y, de postre, le cae una nueva obligación para la que no hay o no había partida reservada, es decir, de chiste surrealista.

Se ha intentado tranquilizar de manera infructuosa a los discapacitados con una frase grandilocuente: "Estas ayudas serán transitorias", es decir que durarán en tanto en cuanto haya o exista dinero suficiente para cubrir este capítulo y en cuanto se evapore, desaparecerá. Por supuesto, ni que decir tiene que todo tipo de ayudas de carácter social duran lo que duran, menos que un caramelo a la puerta de un colegio o que un billete de 500 euros en plena vía pública. Vamos, que en cuanto nos queramos dar cuenta, esta gente va a tener que rascarse el bolsillo y, evidentemente, sufrir una merma presupuestaria de padre y muy señor mío, puesto que no estamos hablando de personas que, precisamente, naden en la abundancia.

1 comentario

Máximo Medina -

Esto de que un grupo de instituciones manejen un servicio público de guaguas no parece que sea algo correcto, pero es habitual en lo que a Titsa se refiere. Entre Cabildo y Ayuntamiento tienen unos acuerdos y claro en época de vacas flacas, todo son problemas. Obviamente, los perjudicados no son ellos, me refiero a los políticos de una y otra institución, sino los usuarios en general y algunos en particular. Porque la constante subida de precios cada vez que un año nuevo comienza no se olvida tampoco fácilmente. En fin, con políticos de por medio, ciudadito que la pueden liar en un solo segundo.