"Estos españoles están locos"
Tengo que confesar que cada vez me estoy haciendo más fan de las desopilantes y desternillantes crónicas de mi compañero Javier González Méndez en Periodista Digital. Igual te saca un tema de su Galicia local o es capaz de analizar los más intrincados asuntos que se mueven en la Unión Europea, pero siempre con un denominador común, el ingenio, la sorna y la fina ironía para hacer sacar a los lectores algo más que una pícara sonrisa. Sú última crónica, sobre la medida planteada por Esperanza Aguirre y la entrada en crisis de la empresa Aprietabotones SA es, sencillamente, espectacular, amén de tener más razón que un santo.
Y es que la lideresa madrileña ha puesto el dedo en la llaga y, cual verso suelto al estilo gallardonista, propone que se reduzca a la mitad el número de diputados en la Asamblea de Madrid, es decir pasar de los 129 actuales a un máximo de 65, lo que supondría un ahorro considerable de sueldos. Pero, tal y como fantasea el propio González Méndez, podemos empezar a mirar hacia el resto de las instituciones que tenemos en este país y nos llevaríamos una gran sorpresa. He aquí las cifras que nos deja el propio articulista.
"259 inútiles senadores, 350 diputados del Congreso abducidos, 54 eurodiputados que van y vienen de Bruselas, 1.206 sumisos parlamentarios autonómicos, 1.031 diputados provinciales de Diputaciones para el desguace, 74.000 secuaces (entre alcaldes y concejales) distribuidos por la geografía municipal española y 139 representantes en Cabildos y Consejos Insulares, forman parte de la plantilla de la segunda empresa nacional con más personal de España: Aprietabotones, S.A., con cerca de 78 mil trabajadores en nómina. Le cuestan a España, o sea, a los españoles, unos mil millones de euros al año en salarios y otros dos mil millones de euros más de gastos, en amplios y discutibles conceptos de representación ¿Puede soportar esta sangría un país que camina por la frontera del rescate?".
Está claro que si desde Bruselas, Berlín o Washington llegan realmente a ser conscientes de este dislate político, que influye directamente en la economía estatal o regional, no sólo no contemplarían otra opción que no fuese la intervención, sino que encima a más de un dirigente político podría costarle una temporada en el talego o en el psiquiátrico, sobre todo porque aparte de parecer que estamos cometiendo un delito, sin duda sí que parecemos locos de atar al tener en determinadas regiones hasta cuatro niveles burocráticos. Remedando a Asterix, "Estos españoles están locos".
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Máximo Medina -