Ascenso frustrado
Me parece injusto que el CB Canarias se quede un año más en la Liga LEB Oro. Quien se ha ganado honradamente su puesto en la élite del baloncesto nacional no puede verse abocado ahora a una situación tan surrealista como la de quedar apeado de ese sueño por una cuestión burocrática. Sí, por supuesto, son las normas con las que se ha jugado en los últimos años y que todos los equipos han ido tragando porque la ACB es así, un coto de unos pocos que mandan muchos y que han hecho de esa liga un galimatías en todos los sentidos. Sin embargo, en algún momento es de esperar que alguien dé un puñetazo sobre la mesa y diga bien a las claras que aquí tienen que imperar los méritos deportivos sobre los asuntos de despacho.
El Estudiantes, que había bajado por deméritos en la cancha, puede obtener en el ámbito burocrático la salvación al no pode hacer frente el CB Canarias a ese canon de algo más de cinco millones de euros, una cantidad bestial y que, a no ser que haya apoyos privados e institucionales, no hay quien pueda por sí mismo asumirla, a no ser que seas un Real Madrid, Barcelona, TAU y poco más. Cualquier equipo modesto necesita de un soporte económico de un patrocinador privado o público para poder competir en la máxima división.
En el caso del CB Canarias, que ya ha renunciado a participar la próxima temporada en la ACB, se da la circunstancia de que las instituciones tienen menos dinero que nunca, las empresas están también amarrando hasta el último céntimo y los socios, evidentemente, no pueden tampoco aportar esa cantidad que se exige desde los mullidos sillones y mesas de caoba de unos despachos de la Ciudad Condal que es donde reside la beautiful people de la ACB.
Eso sí, tampoco puede quedar en el tintero la responsabilidad de las autoridades cestísticas de la isla de Tenerife. ¿Cuántas veces habremos oído, vivido y sufrido el debate sobre la fusión? Cientos de veces, miles de ellas y al final siempre ha habido una parte que no se ha quedado satisfecha. Y es que también hay que aclarar a más de uno que el baloncesto en la isla del Teide ha sido un nido de oscuros intereses, de envidias diversas, de puñaladas traperas y de los quítate tú para ponerme yo. Pero aún así, no es justo que a los aficionados aurinegros se les quite un caramelo que ya tenían pelado y a punto de degustar con verdadera fruición.
2 comentarios
Lewis Rogers -
maria hernandez -
pero, Juan, me pareces un iluso! esto ocurre en todos los ámbitos!
Eso de el puñetazo en la mesa es de valientes y no hay c.
Cuánto mejor nos iría a todos y cuantas mesas se hubieran roto si hubiera más puñetazos sobre la mesa...