25-N: Elecciones independentistas
Artur Mas ya ha lanzado su órdago a la grande. El 25 de noviembre de 2012, es decir dos años después de las últimas elecciones catalanas, el presidente regional llama a los ciudadanos a las urnas para que, supuestamente, avalen el proyecto independentista, secesionista, separatista, de autodeterminación o de estado libre asociado que ha planteado en Madrid ante Rajoy. Si no va de farol el político del CiU, está claro que el 25-N se juega seguir en la poltrona de la Generalitat y entonces tocará ver si este jugador de póker electoral va en serio o al final recurre a los faroles para intentar engañar y engatusar nuevamente al electorado.
El líder nacionalista catalán se ha lanzado en los brazos de los más radicales, quizá recordando las estampas de hace algo más de un año, cuando decenas de miles de exaltados rodearon el Parlamento catalán y no dejaron acceder en condiciones normales a muchos de los diputados, entre ellos el propio Mas, que tuvo que entrar en las dependencias a través de un helicóptero. De haberlo intentado a pie o en coche oficial, a estas horas ya hubiese sido historia.
Sin embargo, y a los resultados electorales del 2010 me remito, no ganaron (ni siquiera se acercaron a una mayoría simple) aquellas formaciones que propugnaban la independencia de Cataluña, sobre todo ERC, que fue cayendo en votos y escaños hasta ser nuevamente una fuerza casi residual en el arco parlamentario catalán, de ahí que ahora esta fuerza trate de sacar rédito del golpe de timón de Artur Mas en pos de una separación de España que, de momento, la sociedad en bloque no ha pedido, reclamado o anhelado.
Eso sí, triste futuro para una región bella en todas sus dimensiones, pero que no ha sabido cortar de raíz las malas hierbas de quienes quieren tener en propiedad el juguete o romperlo directamente. Los votantes tienen el 25 de noviembre la palabra y sobre todo la papeleta para evitar una astracanada. Y mientras, en Moncloa, ni están ni se les espera.
2 comentarios
Máximo Medina -
Maria Hernandez -
Sir Arthur dice que hay que dar la razón al pueblo y lo que en realidad significa es que quiere que voten lo que a él le interesa. No se puede llamar pueblo a un millón y medio de manifestantes, frente al resto de habitantes, 6 millones que no quieren saber nada de esa historia. Ya lo dejaron claro en las elecciones de 2010.
En lugar de centrarse, con la que esta cayendo, en lo realmente importante como es tomar medidas contra la crisis, mira para otro lado o, mejor dicho, mira simplemente por sus intereses personales, es decir, conseguir la ansiada independencia, cubriéndose de gloria en el supuesto caso de que le salga bien, cosa difícil.
Intenta últimamente no salir en la foto con D. Juan Carlos, pero si, algún día, se decide a pronunciar la palabra mágica, que ya no es rescate, sino independencia, se le van a echar encima las tres Ces: la Constitución, Cebrián y Cataluña entera.
@MMariaHs