El maniquí de la A-6
Cuando la gente tiene ingenio, no hay motivo por el cual no se le reconozca ese mérito, aunque vaya en contra de la reglamentación vigente. Dicen que cuando la necesidad aprieta, le damos más y mejores vueltas al magín hasta dar con una solución original, aunque, evidentemente, a veces es necesario saltarse las normas para poder alcanzar el objetivo deseado. La contraprestación, como le ha pasado a nuestro hombre, es que te acaben pillando con las manos en la masa o, en este caso, al volante y te soplen 200 euros de multa.
La historia es que agentes de la Guardia Civil de Tráfico sorprendieron hace unos días a un individuo que circulaba por el carril Bus-VAO (Vehículo de Alta Ocupación) de la A-6, en dirección Madrid, con un maniquí de mujer en el asiento del copiloto. No es que el tipo fuese ningún pervertido ni nada por el estilo, sino que simplemente pretendía ahorrarse unos minutos en el trayecto y de paso evitarse el casi seguro atasco que se forma a primeras horas en la capital de España. Y es que este tipo de carriles sólo es para vehículos de alta ocupación y mínimo se exige que vayan dos personas. A este señor no se le ocurrió mejor cosa que poner un maniquí.
Lo cierto es que los encargados de controlar la circulación por esa vía detectaron algo que no les casaba, la rigidez en exceso del acompañante, algo que no suele pasar siquiera cuando llevas a tu lado a alguien con quien estás enfurruñado. Tarde o temprano hará algún gesto, pero esta mujer estaba más quieta que una efigie. Eso fue lo que llevó a los agentes a ordenar el alto y comprobaron que éste iba ocupado, únicamente, por el conductor, estando el lugar del copiloto ocupado por un maniquí, que iba perfectamente caracterizado con peluca y gafas de sol, y completamente vestido, al que incluso el conductor había puesto el cinturón de seguridad.
La broma le va a costar al amigo alrededor de 200 euros que, obviamente, es lo que estipula el reglamento general de circulación, pero a buen seguro que a más de uno le ha resultado simpática la anécdota, incluso a los propios agentes a los que no les ha quedado más remedio que aplicar todo el peso de la ley. Y es que, desde luego, retranca no le ha faltado a este señor para intentar burlar una norma de una manera tan original.
1 comentario
María Hernandez -
Desde luego la llevaba bien caracterizada, pero nada elegante, no muy acorde a cómo vestía él. Incluso le había puesto el cinturón de seguridad a su muñeca. Menuda picardía.
Para eso era más fácil decirle a un amigo o amiga en paro, que seguro que tiene alguno, porque haberlos haylos: sube que le llevo y darle un garbeo por Madrid.
Está claro que la conversación de su amiga no le va a distraer de la conducción.
Nada, original que es el amigo, un nuevo uso para la muñeca hinchable, pero si le gustan las mujeres de plástico era mejor que llevara a alguna de esas operadas, tipo Belén Esteban, que se meten silicona hasta en ..bueno, en todas partes.
Quizá los agentes de la Guardia Civil no se pararon a pensar que la podía haber recogido haciendo auto-stop. Cada uno monta en su coche a quien quiere, no?
Pero la verdad que yo no le veo el sentido a ese carril, o mejor dicho a la diferencia que hay entre que viaje un a persona o viajen dos, en el vehículo, para tener derecho a circular por él.
Que alguien me lo explique!
@MMariaHs