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Desde mi escaño

Armstrong: Ídolo de barro

Armstrong: Ídolo de barro

Mentira, una gran mentira la de Lance Armstrong. El mito que había conseguido labrar con siete Tours de Francia de manera consecutiva se ha venido completamente abajo después de quedar patente con varios testimonios de ex compañeros suyos de equipo las prácticas nada legales que se hicieron en el equipo para conseguir que no sólo el tejano ganase esos siete maillots amarillos, sino que sus escuderos, sus gregarios, pudiesen rendir plenamente para ayudar a su líder que, a tenor de los testimonios, poco menos que parecía un dios intocable.

Es verdad que siempre hubo sospechas de que ciertos tratamientos que tenía para tratar su cáncer testicular podía influir en el rendimiento del norteamericano, pero también muchos daban por buena la explicación (este bloguero el primero) de que nadie, por muy dopado que vaya, puede subir puertos de montaña etapa tras etapa si en realidad las piernas no le dan. Siempre se decía que por mucho que al mejor sprinter se le diesen los productos que de una manera nada natural le reforzasen su vitalidad en la bicicleta, al final, nada más llegar a un puerto de montaña acabaría estrellándose como quien lo hace frente a un muro.

Por supuesto, también me abono a una frase que siempre decía José María García cuando se hablaba del dopaje, que era muy difícil de creer que los ciclistas pudiesen afrontar kilométricas y montañosas etapas día tras día sólo a base de pasta, de arroz, de pollo o de barritas energéticas, que algo más debía haber, pero que evidentemente, mientras no se demostrase nada en los análisis y en los controles antidoping, tampoco se podían hacer juicios de valor y mucho menos hasta que no hubiese pruebas concluyentes sobre el particular.

Sin embargo, y a pesar de que los análisis nunca dieron problemas en el caso de Armstrong, los testimonios de quienes eran sus hombres (in)sobornables mientras percibían la nómina a fin de mes y el reparto de los premios y de las primas han sido más que suficientes para que en cuestión de meses o tal vez de semana al tejano le desposean de sus títulos en la ronda gala y que vaya, aunque sea a título de inventario, a quienes quedaron segundos, entre ellos el español Joseba Beloki. La pena es que muchos de los que vimos en Armstrong a un héroe o un modelo a seguir se nos ha derrumbado como un ídolo de barro.

2 comentarios

Lewis Rogers -

Recuerdo que hace años se corrió el rumor, como serpiente de verano, que el gran ciclista americano no era trigo limpio y que seguía unas complicadas rutina farmacéuticas que le permitían rendir tan bien como los demás, mucho más por los resultados alcanzados, pero la cosa quedó ahí en mero rumor. Nunca se le observó nada en los controles antidopaje y ahora se viene a saber, años después, que utilizaba unos productos que enmascaraban lo prohibido. No es extraño que le hayan quitado todo, menos lo bailado, pues fue por todo el mundo como el monstruo imbatible con 7 tours en su haber. De todas formas, si estos hallazgos tardíos no menguan el bolsillo del tejano de poco habrá servido todo, aunque con las posibilidades de hoy en día vaya usted a saber dónde están todos los millones que ganó en su etapa ciclista. Y no será el último, porque al final todos caen.

María Hernández -

Desconozco sí Amstrong será supersticioso, pero dicen que el amarillo trae mala suerte y a este deportista, desde luego, le ha hecho caer rodando ladera abajo, desde la cima de esas montańas que tantas veces ha coronado, eso si, haciendo trampas, visto lo visto.

Del mundo del ciclismo profesional lo desconozco prácticamente todo pero me imagino el esfuerzo sobrehumano que supone alcanzar esos puertos de montańa.
Desde luego nadie da duros a cuatro pesetas y no entiendo como es posible que alguien creyera (que por lo visto siempre estaba la sospecha) que se puede realizar esa hazańa no una sino siete veces y llegar fresco como una lechuga.

Vivimos en el País de la contradicción. Antes el séquito de este seńor defendía que no hacía trampas y ahora dice que sí. Esto es de risa.


@MMariaHs