El golfo de Ferrán
Siempre se ha dicho que España es un país de pillos, de pícaros y de que quien no se lo lleva calentito es porque no deja de ser un bobo que no aprovecha la jornada perpetua de puertas abiertas al trinque y al delinque. Sin embargo, siempre resulta un placer ver como, aunque sea de vez en cuando, se producen disfunciones en el sistema que, paradójicamente, le hacen ponerse en la buena senda y actuar contra esa caterva de chorizos con piernas que al final, con un poco de suerte, acaban dando con sus huesos en el duro y frío suelo del presidio, amén de las ronchas que deben de jalonar su delicada piel acostumbra sólo a camisas de seda y trajes de Armani.
Por suerte, ahora habrá que ver cuánto dura la alegría, han metido en el trullo a un golfo llamado Gerardo Díaz Ferrán, un tipo que, aparte de dejar en la calle a miles de trabajadores de Viajes Marsans y Air Comet, consiguió dejar el nivel de credibilidad de la CEOE a niveles más bajos que las propias profundidades abisales. Los propios asociados de este ente pusieron a la zorra a cuidar de las gallinas y, evidentemente, ésta no iba a desaprovechar la ocasión (que la pintaban tan calva como él) para proceder a una serie de destrozos legales y morales que no han tenido parangón en este país desde los pelotazos de la beatiful people de Solchaga, los mangoneos de Luis Roldán (mismas letras que ladrón, dicho sea de paso) o la trama gurteliana del Partido Popular.
Esta suerte de jeta, convertido por oscuras añagazas del destino, en rey de los empresarios españoles, ha dejado tras de sí una serie de pufos tremendos, engaños a más no poder y encima tiene la santa desvergüenza de decir frente a su señoría que él no estaba al tanto de muchas de las cosas que se hacían en sus empresas. No, claro, eres el dueño de una compañía, pero tú te conformas con el hecho de que sea un segundo el que lleve el día a día, sobre todo cuando te entraban lluvia de millones a diario. Otra cosa es que esos dineros los utilizase para fines poco claros, que es lo que está tratando de resolver y de averiguar la Justicia.
Incluso, con un poco de fortuna, el señor Díaz Ferrán arrastra en su desgraciada carrera a otros tipos de dudosa catadura moral como puede ser el señor Miguel Blesa, ex pope de Caja Madrid y que se ha descubierto, pásmense ustedes, que hizo un préstamo de 26 millones de euros a las empresas de este empresario aun a sabiendas de que el dinero no podría ser reintegrado ante la probada insolvencia de caballerete Díaz Ferrán. Y luego, a ustedes, a nosotros, nos ponen una cuerda y hasta una contraseña para que no nos levantemos el bolígrafo de la sucursal bancaria de turno. Para miccionar y no echar gota.
2 comentarios
Maria -
Pasar de vivir a tu aire en un casoplón a ver pasar las horas encerrado en una celda de unos diez metros cuadrados debe ser duro, muy duro.
Puede que el estómago se le resista al cambiar de comer en restaurantes de tres estrellas Michelín a alimentarse con una pensión completa, servida en fina cubertería, en la que el Estado, lo cual quiere decir, toooodos los españolitos, gasta un poco más de 3 euros al día.
Pero al final, todos los nuevos inquilinos de nuestro sistema penitenciario terminan adaptándose a su nueva vida.
Según he leído por ahí ha vuelto a usar gomina para sujetar el escaso cabello que aún cubre una mínima parte de su cabeza.
Un gesto de coquetería que parece que indica que empieza a hacerse a la idea de que tiene las vacaciones pagadas en Soto del Real (Madrid) por una larga temporada.
Que cunda el ejemplo!
@MMariaSp
Máximo Medina -