La falaz liberalización comercial en Canarias
¿Por qué se teme por parte de las caciquiles autoridades canarias la plena liberalización comercial? Al flamante señor director general de Comercio del Gobierno de Canarias, el señor Gustavo Matos, le ha molestado soberanamente un artículo publicado hace unas fechas por este mismo autor en la edición canaria del ABC –‘Jaque Matos’ al comercio’- sobre la dictadura a la que está sometido el sector comercial en las Islas. Aquí se habla con demasiada ligereza de que se ha abierto la mano todo lo que se ha podido…concretamente hasta llegar a los establecimientos de menos de 300 metros cuadrados. Hecha la ley, hecha la trampa, ya que muchas de estas tiendas pasan de abrir los domingos o los festivos por la tranquilidad que da que las grandes superficies no pueden aperturar. Una táctica muy hábil.
El problema es que en el Archipiélago las asociaciones comerciales y la clase política han estado siempre en perfecta armonía para explosionar, hasta el momento, cualquier intento de que los grandes, léase El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Ikea, Leroy Merlin o Decathlon abran en día no laborable. Mientras a estos grandes establecimientos se les limita a diez festivos, al resto se les concede la oportunidad de poder operar durante los 365 días al año, a sabiendas de que muchos no van a hacer uso de esa potestad porque no sienten el aliento de la gran competencia.
En Canarias cortan el bacalao en materia comercial auténticos personajes anclados en la década de los 50, de los 60 y, a lo sumo, de los 70, gente que lejos de evolucionar, involuciona, verdadero ‘dinosaurios’ que se mueven con desesperante lentitud a la hora de modernizar sus negocios, pero que, paradójicamente, tienen una lucidez mental y de reflejos a la hora de ponerle trabas a la apertura de cualquier gran superficie. De hecho, hace poco, al Ayuntamiento de La Laguna le ha caído un ‘regalito de Reyes’ por los impedimentos puestos para la construcción de una superficie comercial en la zona de Las Quinteras. 20 años pleiteando para que el solar siga siendo eso, un solar.
En fin, que no me vengan con el cuento de la liberalización porque es una falacia tan grande como La Concepción de La Laguna o la catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria. Sigan ustedes así, con esa idea tan peregrina de perseguir a los verdaderos creadores de empleo. Las tienditas pequeñas, desengáñense, sólo son negocios familiares que, en épocas de grandes compras, rebajas o Navidades, contratan a dos empleados. De resto, sólo curra el dueño y algún familiar de éste (y mejor no ahondar en otros aspectos, que esto también nos lo conocemos sobradamente).
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Medellín -
Máximo Medina -