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Desde mi escaño

Coraje y valor femenino

Coraje y valor femenino

Ceuta acogió el pasado sábado 2 de marzo de 2013 el tercer encuentro deportivo Baloncesto y Mujer, una cita lúdica y social donde se trató de ahondar en la promoción de la práctica deportiva por parte de las féminas y donde, todo hay que decirlo, los medios de comunicación tenemos una responsabilidad o culpabilidad a la hora de que no se le dé vidilla o espacio preferente a los torneos femeninos. Es un hecho que tenemos que corregir, una asignatura pendiente, pero el problema es que no parece sencillo cambiar la dinámica.

Un ejemplo recurrente es que nadie se acuerda que hace bien poquito, apenas han pasado unos meses, el equipo femenino de balonmano obtuvo un histórico bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la atención que mereció fue más bien escasa. Cualquier partido de sus compañeros masculinos en el Mundial celebrado en España tuvo mayor cobertura por parte de los medios. Para que una modalidad femenina merezca la plena atención mediática deben pasar dos factores, que en ese deporte no destaquen los hombres y que, sobre todo, estemos muy faltos de éxitos que llevarnos a la boca.

No es la primera vez que lo cuento, pero viene al caso recordarlo. Cuando a finales de los años 80 y principios de los años 90 el tenis masculino languidecía con los sempiternos Javier y Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, toda la atención estaba centrada en unas recién adultas Arancha Sánchez Vicario y Conchita Martínez, la esperanza blanca del deporte de la raqueta en España, focos mediáticos que se fueron apagando según iban saliendo tenistas masculinos que iban engordando el palmarés español. ¿Y en ciclismo? ¿Alguien se acuerda de Joane Somarriba? Pues fue una de nuestras grandes campeonas en el ciclismo en línea, pero sus éxitos apenas merecían unos segundos en un telediario o las páginas residuales de los diarios de información meramente deportiva.

Por eso, iniciativas como las llevadas a cabo en Ceuta merecen mucho la pena porque ayudan a poner al deporte femenino donde merece y, especialmente, a reclamar una atención mayor que la que se le presta. Y, a igualdad de títulos, me quedo con los que se obtienen en las modalidades de mujeres porque éstas, con unos presupuestos más propios de una economía de guerra, sacan mayor provecho que aquellos clubes con grandes y millonarias inversiones.

1 comentario

Juan Antonio Padrón Sabina -

Muy bueno, tocayo. Un abrazo.