La España parada
España en paro y España parada por el enésimo puente. Tiene su miga y su cuota de ironía que el día consagrado al trabajador esté todo el país en stand by. Unos, por su situación irreversible de desempleo y el resto, porque han decidido aprovechar la inacción de Mariano Rajoy para estallar por los aires estas festividades de entre semana y darse un garbeo a la costa o marcharse lejos de nuestras fronteras.
El Ejecutivo monclovita debería hacérselo mirar. Tras año y medio en el poder, el paro no ha hecho otra cosa que crecer de manera desmesurada hasta alcanzar la vergonzante cifra de los 6.202.700 desempleados, una cifra mortal de necesidad para una economía que se mantiene sobre 16,5 millones de trabajadores y que también debe sostener a una población de 9 millones de pensionistas. Con este cuadro, es imposible mantener un sistema de bienestar. Ni las prestaciones por desempleo serán eternas ni las pensiones pueden estar aseguradas como el ritmo de destrucción de empleos mantenga las constantes vitales de los dos últimos años. Porque, si no hay quienes contribuyan a la Seguridad Social, ¿de dónde saldrán entonces los fondos para pagar a nuestros mayores?
Sin embargo, estas cuestiones no preocupan en Moncloa. Rajoy ya lo ha dicho claramente, que los españoles tenemos que tener paciencia, que las reformas darán sus frutos, pero no precisa ni cuándo un cuáles serán esos frutos que recibiremos. Luego, por si fuera poco, sale el ministro de Economía, el señor Luis de Guindos, a poner, nunca mejor dicho, la guinda a este pastel y nos advierte severamente que nadie crea que el paro bajará en esta legislatura. Que a lo sumo se vislumbra una caída que sería tan liviana como arrojar una cifra de 25%, es decir mantenerse en unos 5,5 millones de personas sin poder acceder al mercado laboral.
Insisto, a fuerza de ser pesado, que el Gobierno lo está haciendo rematadamente mal, pero la bancada de enfrente, la socialista, hace tiempo que dimitió de sus quehaceres, más ocupada en sus cuitas internas en Ferraz. ¿Y los sindicatos? Pues ni están ni se les espera. Ellos funcionan de esa manera tan maravillosa que hoy harán su happening en la Puerta del Sol de Madrid y en otras ciudades y después a tomarse cañas y gambas (aunque no serán como las de Durban, a 862 euros la tapita en cuestión).
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