El circo del juicio a Bretón

 

El juicio al supuesto parricida de Córdoba, José Bretón, se ha convertido en un circo mediático cuando apenas se llevan dos jornadas. La expectación que ha levantado este caso está llevando a una serie de supuestos ‘expertos’ a dar opiniones al respecto que pueden llegar a confundir al espectador y desviar el verdadero objetivo, que es la muerte a manos de un tipo sin sentimientos y que ha aprovechado estos meses en la cárcel para prepararse concienzudamente para afrontar una vista larga.

Varias cadenas, pero con especial relevancia las dos privadas, Antena 3 y Telecinco, han desplazado a los juzgados de Córdoba a sus más que acreditados periodistas de investigación, especialistas de primer rango que ayudan a los televidentes a entender las claves de este espeluznante suceso. Sin embargo, lo que puede ser peligroso es, precisamente, que se estén aportando una serie de datos sobre los posibles errores y contradicciones en las que está incurriendo Bretón. Estamos de acuerdo en que él estará aislado y no podrá acceder a una televisión, pero sí su abogado y éste aprovechará cualquier pista para apoyar la tesis de que su cliente era incapaz de matar a una mosca.

A veces, aunque es normal como periodista querer estar informado las 24 horas del día, hay que saber entender la delicadeza de ciertos hechos y en este particular estamos en la tesitura de casi retransmitir en abierto un juicio a un (me cuesta decirlo) supuesto criminal porque, salvo que de repente la historia diese un giro mortal con doble pirueta aérea y tirabuzones, no parece que haya otro culpable que el propio padre de esos pequeños, una especie de Norman Bates capaz de sentirse el tío más débil y melindroso delante del tribunal, pero que demostró tener un espíritu despiadado como el protagonista de Psicosis cuando se cargaba a huéspedes, familiares de estos y a su propia madre.

Evidentemente, el share manda y ninguna cadena va a renunciar a unos minutos de máximos picos de audiencia, pero no olvidemos que por encima de liderar la parrilla, tenemos a una madre que quiere conocer toda la verdad y de que, por supuesto, se haga justicia. Este siniestro elemento no merece ni la más mínima oportunidad, aunque siempre haya quien intente demostrar lo contrario (triste destino el de los abogados que tienen que llevar la representación de supuestos asesinos, sobre todo si encima consiguen una sentencia favorable).