Los SMS que harán caer a Rajoy
Mal, muy mal pintan las cosas para Mariano Rajoy tras la enésima información revelada por el diario El Mundo sobre los SMS entre el presidente, Bárcenas y la mujer de éste, Rosalía Iglesias. Al extesorero al que no conocían, con el que no tenían relación alguna, resulta que ahora se estaban intercambiando mensajes de móviles hasta hace pocos meses y donde claramente se aprecia que quien está encarcelado ahora mismo no estaba solo en esta historia. El presidente, ya no sólo del PP, sino del mismo Gobierno de España era consciente de lo que se estaba cocinando y optó por la callada y el plasma por respuestas.
Evidentemente, la oposición ha salido en bloque, especialmente el PSOE de Rubalcaba, no sólo a pedir explicaciones, sino otra cosa que acaba en iones, es decir, dimisiones. El Ejecutivo, ante tamaña información, no puede quedarse haciendo el Don Tancredo, estamos, posiblemente, ante uno de los escándalos más importantes de nuestra democracia y a Rajoy se le tiene que exigir que, o bien dé un puñetazo sobre la mesa demostrando con papeles que este señor, Luis Bárcenas, es un chorizo y un corrupto o, por el contrario, no le queda otra que coger, presentar su dimisión y, hasta por el bien de este país, proceder a comunicar al Rey que hay que disolver Las Cortes y, por ende, convocar a los ciudadanos a las urnas.
Lo que no es de recibo es que ya todos los ciudadanos estén pendientes un día sí y el otro también de ver qué es lo que va a sacar hoy El Mundo. Cuando no son las Cuatro horas con Bárcenas, son las cuartillas originales de las anotaciones efectuadas por el ex tesorero o los pantallazos de los mensajes de SMS entre todos los implicados esta turbia y turbulenta historia.
Ahora mismo, la credibilidad en este Ejecutivo tiene que ser nula por parte no sólo de quienes no depositaron su voto a favor del PP, sino a nivel de toda la ciudadanía. La falta de explicaciones es lo que ha agravado esta situación y ahora los finiquitos en modo diferido y demás pamemas prefabricadas se vuelven en contra de una formación que, con semejante lío metido en casa, ¿está realmente capacitado para resolver los problemas de los españoles? Mucho me temo que no.
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