Un (supuesto) loco a los mandos
Salvo que la investigación más en profundidad dictamine otra cosa, lamentablemente ya tenemos la causa del aparatoso y trágico accidente ferroviario que ha dejado, por el momento, 80 muertos. Un supuesto loco a los mandos de una máquina, un sujeto que hace año y pico de jactaba de ir a todo gas con ese mismo tren ciscándose de los controles de la Guardia Civil, un tipo que pensó que iba él solo por la vida o que lo que llevaba tras él era ganado o ferralla. Pues no, caballero, usted llevaba personas cuando tuvo la imprudencia de hacerse esas fotos que encima, para más INRI, tuvo la desvergüenza de subirlas a Facebook (perfil que convenientemente ha cerrado, aunque ya toda España ha visto el fruto de su hazaña).
Sí, señores, este maquinista tuvo la osadía un 9 de marzo de 2012 de subir a esa red social unas fotografías en las que mostraba que iba con el trenecito a 200 kilómetros a la hora, no sabemos, eso sí, si por un tramo de curva o por una zona permitida, pero vistas las consecuencias que ha tenido en esta ocasión, con un descarrilamiento espantoso y que ha provocado decenas de víctimas mortales, me permitirán la licencia de que tenga todas las sospechas sobre este individuo, aunque es verdad que será el curso de la investigación la que ponga a cada responsable en su sitio.
Porque, día de aclaraciones, matizaciones y preguntas, hay que preguntarle a Renfe por qué mantenía a este sujeto en nómina. Entiendo que no siempre los jefes van a estar pendientes de lo que haga un empleado a través de las redes sociales, que no hay tiempo material en una empresa de la dimensión de Renfe como para escudriñar perfil por perfil, que además habrá quien no tenga. Sin embargo, hoy cuelgas una foto y mañana no sólo es que haya dado trescientas mil vueltas al mundo, es que ha llegado hasta Saturno, es vox pópuli y alguien de cierta responsabilidad en la compañía tenía que conocer este dato. Como poco, a este sujeto debían de haberle quitado de ahí y degradarle a limpiar los andenes, un oficio donde a no ser que se volviera loco con la escoba y la pala, difícilmente podría haber puesto en peligro la vida de nadie.
Hoy nos estamos lamentando, algo más de 24 horas después del terrible suceso, de cómo ha podido pasar eso, de cómo nadie ha sido capaz de poner remedio a una situación así. Si el jueves 25 de julio fue duro, no menos parece que vaya a ser este 26 de julio, sumidos en una incómoda resaca de recuerdos, de vivencias y viendo una y otra vez la imagen de ese tren que acaba despanzurrado y con las vidas de 80 personas completamente destrozadas, amén del dolor en el alma de sus familiares.
1 comentario
María -
Seguramente habrán fallado varias cosas y habrá que investigarlas para evitar este tipo de accidentes en el futuro, pero se supone que el conductor estaba allí para corregir los fallos y resolver situaciones imprevistas, sino ¿para qué estaba?
Ahora, que también, eso de alardear en Facebook y que los jefes no hubieran hecho nada es para hacérselo mirar.
@MMariaSp