Expediente X: Cadera Real
¿Dónde debía haberse operado el Rey? ¿En una clínica privada o en un hospital público? La cuestión, sea cual sea la respuesta, va a dar más de un quebradero de cabeza. A saber, si se decanta por la primera opción, la de acudir a un centro sanitario privado, saldrán en tromba (no en trompa, que no va de elefantes la cosa) los que digan que parece mentira que Su Majestad descarte la sanidad pública, que es una vergüenza y que al final se demuestra que en este país sigue habiendo clases. Pero, si va a un hospital público, la cosa es aún peor porque, evidentemente, saldrán las protestas de será atendido antes que nadie y que muestra una insensibilidad ante las listas de espera. Por supuesto, volverá a salir el argumento de que en España sigue habiendo clases y clases.
Al final, después de mucho marear la perdiz, de si Don Juan Carlos se iba a Estados Unidos, si se operaba en La Paz o iba a otro centro, la decisión ha sido la de elegir Pozuelo de Alarcón y su clínica Quirón, una de las más prestigiosas de nuestro país, aunque desde luego a los vecinos de la zona no es que les haga especialmente felices por los engorros lógicos que conlleva que el monarca esté hospitalizado allí. Entre dispositivo de seguridad y medios de comunicación, aquello va a ser una auténtica romería.
De todas formas, hay algo que no nos han explicado en relación a la operación del Rey. A saber, ¿de dónde sale el bulo, rumor, chascarrillo o cuchicheo de que el monarca iba a abdicar? En Twitter algún que otro compañero de profesión salía el viernes 20 de septiembre de 2013 con mensajes del estilo que a las 16 horas se produciría una noticia de peso en relación a la Casa Real, casi como que iban a temblar los cimientos de La Zarzuela. Sin embargo, después de este peculiar parto de los montes y que sólo salió un ratón, habría que decir que una operación quirúrgica no tiene ese rasgo de notición o de bombazo. Siendo el titular de La Zarzuela el sufrido paciente, la noticia no era tal.
Por tanto, ¿se nos está hurtando información a los ciudadanos? ¿Es lícito pensar que alguien ha querido parar la abdicación o es el propio monarca quien se niega resueltamente a abandonar el trono en favor de Felipe de Borbón? Insisto, algún día nos enteraremos de quién pergeño esta operación y sobre todo porque el periodismo de cámara le ha hecho la roscas a los señores Ayuso y Spottorno. Dicen que hubo transparencia informativa, pero en realidad lo que hubo fue una comparecencia forzada para evitar especulaciones que sólo han quedado apagadas, pero no del todo. Y ya se sabe que a veces las briznas son más peligrosas que una llama.
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