Estragados con Estrasburgo
Triste día para la gente de bien. Este 21 de octubre de 2013 será recordado por todos los familiares de las víctimas del terrorismo y otros crímenes y todos aquellos que amamos la libertad y el cumplimiento de la Justicia como el día de la ignominia, la jornada en la que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (aunque dan ganas de referirse a él como el Tribunal de los Despojos y Desperdicios Humanos) ha perpetrado uno de los fallos más aberrantes que se conocen en el ordenamiento jurídico del continente e incluso, ya puestos, me atrevería a decir que es la sentencia más surrealista de toda la galaxia, un monumento a la estulticia, a la podredumbre humana.
Pero claro, a los señores togados de Estrasburgo se la trae al pairo ETA, ‘El Boca’ o Miquel Ricart. Gracias a su ‘genial’ decisión, a partir de ya toda una suerte de criminales saldrán en nada a disfrutar de la vida en libertad, esa misma vida que se encargaron de cercenar merced al tiro en la nuca, la bomba lapa, la goma-2 o consumando violaciones mortales a punta de navaja o disfrutar hasta límites insospechados de la crueldad de abusar, torturar y acabar con la vida de tres jóvenes en el pueblo de Alcasser. Todos estos ‘angelitos’ saldrán por obra y gracia de un tribunal contaminado de buenismo y almibarado de malas intenciones.
Lo peor de todo es que un magistrado, un tal López Guerra, que había participado en esas conversaciones del proceso de paz de 2006, cuando Zapatero dio vía libre a negociar por la espalda con el entorno etarra, es quien más presión ha ejercido para que Estrasburgo eche abajo la doctrina Parot, de tal suerte que una tipa repugnante como Inés del Río, que tiene en su haber una veintena larga de asesinatos, no sólo es que vaya a salir a la voz de ya a la calle, sino que encima el Estado, es decir, todos ustedes y quien suscribe este artículo le vamos a tener que pagar 30.000 euros en concepto de daños morales. ¿Es un chiste? No, no lo es, desgraciadamente.
Claro que, tampoco lo olvidemos, el actual Gobierno de Rajoy permitió y consintió la libertad del etarra Bolinaga por razones humanitarias. Este siniestro personaje al que liberaron de la cárcel porque le quedaban meses de vida lleva más de un año haciéndole pedorretas a la sociedad española. Obviamente, cuando se ven estas cosas desde lejos de nuestras fronteras, también hay que entenderlo, al final ciertas decisiones, aunque no nos guste compartirlas y nos quedemos con las ganas de no acatarlas, es verdad que están justificadas en ciertas acciones; dicho lo cual, desde luego, los ciudadanos de a pie y, en especial, las víctimas del terrorismo, no tendrían que pasar por este trago, por la torpeza de unos dirigentes que parece que estén contentos porque un tribunal europeo les haya hecho un trabajo que ellos, aún deseándolo, no querían hacer, más que nada porque sabían la que se les iba a venir encima.
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Máximo Medina -