Brito: Atractivos alguacilescos contra San Telmo
A Marcos Brito le importa una higa el futuro económico del Puerto de la Cruz. Al alcalde portuense no le importa que los comercios de la zona de San Telmo estén perdiendo un fortunón diario merced a las vallas que se les han colocado delante de sus puertas. El edil, cual senador romano que hace de su oronda voluntad una cuestión de Estado
local, ha dicho por activa y por pasiva que el muro de este popular y bullicioso paseo de la ciudad turística se derriba y punto pelota. No hay quien pueda sustraerse al atractivo dialéctico del máximo responsable del grupo de Gobierno del Puerto de la Cruz. Sus argumentos son prácticamente irrebatibles: me cargo el muro porque me da la gana (no entrecomillo la frase porque seguro que no responde con exactitud al cuidado y almibarado verbo de don Brito).
Sé de sobra que el colectivo Maresía está llevando a cabo una labor impagable para despertar conciencias. El pueblo tinerfeño, en líneas generales, está adormilado, adormecido, sin espíritu de lucha, que se deja mangonear sin demasiada oposición. Seguramente, para nuestra desgracia, para quienes llevamos este rincón del norte de la isla del Teide en lo más hondo de nuestro corazón, al final el Ayuntamiento se saldrá con la suya, que no es otra que demoler el muro de San Telmo para habilitar un paseo diferente con otro mobiliario que, dicho sea de paso, no le sale gratis al ciudadano. Seguro que toca meter una subida de impuestos local.
El problema es que el altavoz mediático de Brito tiene demasiado predicamento en el Puerto de la Cruz. El dueño de una televisión que emite de aquella manera (sobre todo porque creo que por deber, debería hasta de callarse), el peculiar Pepe López, está en la defensa a ultranza de su alcalde, entre otras razones porque se ha opuesto a Paulino Rivero y a Martín Marrero cada vez que el Gobierno le precinta su canal (Mi Tierra). El hombre orquesta de esta cadena sabe cómo vender los hechos, envolverlos en papel celofán y llamar de todo a quienes no están alineados con el oficialismo que impone Marcos Brito.
No obstante, me alegro de que Maresía y quienes desde fuera también apoyan su lucha sigan armando jarana y despertando conciencias. Al menos quedará en el cargo de las conciencias municipales el atentado arquitectónico, paisajístico e histórico que van a perpetrar con el derribo del muro de San Telmo.
4 comentarios
Adrián -
Solamente quiero recalcar, que no es solamente el muro el que se pretende derribar,también en la playa se pretende hacer una grada de hormigón. También levantar el pavimento, que es un suelo que no quema, y sustituirlo por una piedra negra que quemará.
sara -
Juan Padilla -
Cuando alguien lleva el insulto como bandera pierde toda la razón. Sus modales dejan mucho que desear y a pesar del cierre sufrido, nada tan fácil como cambiar el nombre y seguir emitiendo con total impunidad.
La suerte que muchos tienen o tenemos es que la emisión no llega a demasiados lugares ya que sería una vergüenza para toda una isla.
Elena Vinent Torres -
Creo que muy pocos pueden salvarse de la quema ni pasar un meticuloso filtro, como si de la prueba del pañuelo se tratara ante un matrimonio de etnia gitana, en este Ayuntamiento que cuenta con algunos sospechosas ayudas en el exterior (aunque a veces no tan sospechosas) de sus excelentísimas puertas.
Durante los plenos de dicho Ayto, no faltan algunos comparseros que jalean a su alcalde haciendo de todo ello un circo mediático del cual nos avergonzamos los que pertenecemos a los medios de comunicación sin pintarnos de color alguno ya que somos librepensadores y nuestra voz no tiene precio.
Ya ha llegado el mal tiempo al norte de nuestra isla y con él una ventolera que se ha aliado con la sensatez y ha derribado las vallas, teniendo que eliminarlas, muy a su pesar, el Consistorio portuense, dado el riesgo que entrañaban para los numerosos viandantes que se dan cita, día si, día también por el paseo de San Telmo.
Si las han quitado por si los acasos ¿por qué estaban puestas antes de sacar a concurso o licitarse las obras?
Algo huele mal y no es el muro, como dice una lumbrera de nuestra entrañable isla, muy conocido también por sus asuntillos varios y por meterse en camisa de once varas.
Es lo que pasa cuando uno ya apenas suena en los medios y pretende sacar tajada con un articulito de risa, por no decir de asco.
San Telmo sigue en pie a pesar de todo y a ciertos elementos discordantes, todo esto debería empezar a darles un poco de respetito.