La taberna del tío Blas: el mejor compendio de la calle Laurel
Acudir a la calle Laurel, en Logroño, y tratar de destacar un solo local resulta mucho más complicado que encontrar la aguja en el pajar. Seguramente, muchos de los habituales de la llamada también Senda de los elefantes podrían rebatirme (y con razón) que no debo quedarme en un solo establecimiento, que hay muchos y variados. Lo sé y seguramente tengan sus encantos para estar en el top de los bares a no dejar de lado.
Sin embargo, (no deja de ser una apreciación personal) hay un establecimiento que me tira más que a un tonto una tiza y que no es otro que La taberna del tío Blas, enclavada en la que dicen que es la mejor esquina de la Laurel, en el número 1 de esa calle, y a las pruebas hay que remitirse, no hay un solo momento de tranquilidad en el local. Decenas de clientes abarrotan el establecimiento más (si hay suerte con el tiempo en esta época invernal) los que se quedan por fuera disfrutando de las deliciosas creaciones de su equipo y de los insuperables caldos riojanos que maridan con esos pinchos o esas raciones.
Este mítico local se ha ido adaptando con los tiempos y tiene no sólo una amplia carta, sino que además también ofrecen la posibilidad de llevar al cliente los productos hasta la puerta de su domicilio. Sólo es cuestión de solicitarlo, bien llamando al teléfono 941 20 13 13 o entrando en la web: www.tabernadeltioblas.es
Las exquisiteces de este local son innumerables y la lista de pinchos, raciones y hamburguesas es prácticamente inabarcable, pero destacan principalmente por los buñuelos (y perdón por la automención) la Hamburguesita especial de Juan, las croquetas de chipirón y de ibérico, pinchos de chuletón, tostas de ibéricos y todas ellas acompañadas, como debe de ser, por un riojita que, sin duda, le va a dar un valor añadido a esa creación (aunque evidentemente siempre se puede elegir otra bebida o tomarla, algo que no se recomienda, a palo saco).
Asimismo, como la noche es joven, también La taberna del tío Blas les ofrece tomarse la primera copa (o las que deseen, pero siempre con moderación) de la noche en su local. Está claro que los responsables de este establecimiento piensan en sacarle el mayor partido posible a su negocio, pero no menos cierto es que su primer mandato, su mandamiento principal es satisfacer a los clientes y a fe que lo logran plenamente. Así no es de extrañar que sea más complicado pillar aquí un sitio en la barra que sacar unas oposiciones de técnico A para la Agencia Tributaria.
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