Selección Sub-17 femenina: Oro parece...de plata es
Elena de Toro; Nuria Garrote, Rocío Gálvez, Silvia Mérida, Carmen Menayo (Aitana Bonmati, 52'); Pilar Garrote (Maite Oroz, 82'), Patricia Guijarro, Sandra Hernández; Laura Domínguez, Andrea Falcón (Mireya García, 70') y Nahikari García. Estas jugadoras, titulares y, entre paréntesis, las que actuaron como sustitutas, comandadas desde el banquillo por Jorge Vilda, ya están en España con la medalla de plata del mundial sub-17 de fútbol femenino. Las nuestras, que bordaron un campeonato casi perfecto, no pudieron hacer nada frente a un combinado extraterrestre como fue el de Japón, pero aún así dieron la cara en la gran final (2-0).
Seguramente, en el momento de entrega de las medallas, recibir la presea de plata no es el trago más dulce cuando has podido tener tan cerca el máximo escalón, pero con el paso de los días se irá apreciando ese subcampeonato y, lo que es más importante, saber seguir trabajando con la base para que, poco a poco, la España femenina le reporte a nuestro balompié tantos éxitos como el masculino.
Los hechos son tozudos y se viene demostrando a lo largo de la historia del deporte, que sólo si se cuida con mimo la cantera, los éxitos llegarán tarde o temprano. Piensen en la actual España de hoy, la de fútbol o la de baloncesto. Los triunfos gordos vinieron dando entrada en las secciones absolutas a quienes antes habían campeonado en los niveles inferiores.
Por eso, la Federación Española de Fútbol debe velar con mimo a esta hornada de la sub-17 para que no se descomponga, para que siga en la brecha y que dentro de poco puedan ser jugadoras que ayuden a la selección absoluta a mejorar su nivel. También es verdad que el fútbol femenino sigue adoleciendo de lo fundamental, de un sostén económico relevante, de un seguimiento mediático que, a la vez, atraiga a patrocinadores. Y, paradójicamente, aun así, aun con todas esas dificultades y vicisitudes, nuestras chicas siguen dando alegrías a nuestro deporte y conseguir esa medalla de plata no está al alcance de cualquiera. Lo importante es que no sea una mera flor de verano (o de primavera).
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