Ideas para Las Teresitas, a ver si toma nota el señor Bermúdez
Es una pena que algunas personas tengan tanta cara y la enseñen tan poco. El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en pleno mes de agosto, cuando ya tenemos el verano a menos de un mes para que concluya (aunque es cierto que estamos en la tierra de la eterna primavera), se saca de la manga nada más y nada menos que un concurso de ideas para la playa de Las Teresitas, una iniciativa para que los ciudadanos voten por lo que necesita esta señera instalación santacrucera y que ha sido maltratada por Coalición Canaria en sus casi tres décadas al frente de la Casa de los Dragos.
Desde Manuel Hermoso, pasando por Zerolo, José Emilio García Gómez (el dinamitero de El Toscal) o José Manuel Bermúdez, Las Teresitas ha sido para ellos una playa en la que experimentar las mayores atrocidades y hurtarle a los santacruceros un espacio de ocio, esparcimiento y sobre todo, lo más importante, un baño en condiciones.
Ciertamente, si es verdad que en el Ayuntamiento quieren ideas sobre lo que se puede hacer en esta playa (ideas que irán a la papelera en cuanto pasen las elecciones), le diré al señor Bermúdez unas cuantas y que además serían de inmediata aplicación para que, al menos, de cara al estío de 2015, los habitantes y turistas de esta ciudad puedan disfrutar de un espacio envidiable y no de sentir que se hallan frente a un cementerio nuclear y que ellos son los conejillos de indias para ver si acaban o no contaminados por esos vertidos que sospechosamente aparecen en la orilla de la playa.
Para empezar, el equipo de Bermúdez debería dar las explicaciones pertinentes sobre el frustrado pelotazo urbanístico de Las Teresitas, resolver judicialmente el futuro del mamotreto de tal manera que o se construye o se derriba el esqueleto, pero no dejarlo a medio camino, construir el famoso paseo marítimo que una la playa con el barrio de San Andrés, dotar de servicios de duchas y baños modernos a la playa, que no sea un nido de excrementos o un festival de malos olores, ordenar y controlar los chiringuitos de playa, resarcir a los dueños de los locales Pepe Ramos I y II con concesiones de nuevos locales tras el atropello vivido hace una década, incrementar la vigilancia, especialmente en la zona de aparcamiento o ponerse severo con quienes sean responsables del famoso emisario submarino que tradicionalmente suele amargar más de un día a los bañistas.
El problema de todas estas propuestas es que alguien en el Consistorio no puede hacer negocio y aquí, determinados políticos santacruceros, sólo saben tratar con nobles apellidos de constructores y empresarios. Los ciudadanos de a pie les importan una higa.
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