Cerezuela mete el cazo..y la cazuela
Ya tuve la oportunidad de referirme hace unos días a la polémica sucedida con el nombramiento de Gala León como capitana del equipo masculino de Copa David, pero los hechos se empeñan en que vuelva sobre el particular y, verdaderamente, lo que me da pena, es ver cómo esta España del siglo XXI sigue anclada, al menos en algunas mentes, en pleno medievo o en los tiempos de los hombres de las cavernas y lo peor es que secundan el vómito machista algunas mujeres con tan pocas luces como una tal Carolina Cerezuela, esposa de Carlos Moyá, capitán saliente del equipo español, y que ha demostrado con su apoyo a las declaraciones de Toni Nadal una falta total de personalidad. Bueno, en sí esta chica tampoco hubiese ido muy lejos en la vida de no ser por el físico que tiene.
Y es que la tal Cerezuela cumple esa máxima de que donde no hay mata, no hay patata. Esta pseudo modelo y actriz tiene menos luces que una patera, es una verdadera zote intelectual, capaz de ponerse del lado de la declaración machista de Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal, en contra de Gala León. Uno pensaba que en España habíamos evolucionado lo suficiente como para no tener que estar a estas alturas haciendo un debate sobre si una mujer es la que tiene que entrenar a unos hombres, pero mucho menos me esperaba que fuese una mujer la que se pusiera del lado de la caterva de machistas montaraces que aún pululan por nuestro país. Es de coña marinera.
Lo que me parece aún más sorprendente, y miren que las chorradas de la Cerezuela pueden dar para una enciclopedia, es que las asociaciones que dicen llamarse feministas no hayan salido a denunciar el maltrato sufrido por Gala León con las declaraciones de Toni Nadal. Me parece tremendo que esas mujeres de tres al cuarto, avispadas como ellas solas para mamar las subvenciones pertinentes, se queden calladas ante lo que es un claro ataque a la dignidad de las féminas. De esta manera, ténganlo claro, la sociedad nuestra no puede avanzar un ápice. Y lo peor no es luchar contra los comentarios de hombres machistas, sino contra aquellas mujeres que, como Carolina Cerezuela, parecen afectadas por un curioso síndrome de Estocolmo y son capaces de tirar piedras contra su propio sexo con tal de contentar a su pareja. A eso se le llama personalidad (espero se entienda la ironía, claro está).
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