Un 'Príncipe de Asturias' en Elciego
No debe ser sencillo encontrar un pueblo de apenas 1.000 habitantes y que tenga el honor de albergar todo un Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Pero los milagros a veces suceden y la villa alavesa de Elciego tiene, aparte de ese millar de habitantes, nada más y nada menos que una de las joyas de la arquitectura universal, el Hotel y las bodegas de Marqués de Riscal que, recientemente, le han servido a Frank Gehry para ser proclamado vencedor de ese prestigioso galardón en 2014.
Este talentoso arquitecto canadiense, de 85 años, supo sacar partido al proyecto que le encargaron y, lo más importante, le dio un toque de modernidad a su obra en Elciego, pero sin romper con la tradición de un pequeño y tranquilo pueblo. Hotel y bodega, a las afueras de la villa, son un punto de referencia obligado para cualquier visitante que se precie y, de hecho, a pesar del elevado precio del alojamiento, hay que reservar con mucho tiempo de antelación si es que uno quiere evitar la escena de verse en recepción y no tener habitación disponible, aunque es verdad que Elciego tiene diversos alojamientos rurales, pero evidentemente no es lo mismo. Es como si esperas que te lleven a un restaurante con estrellas Michelín y acabas en un fast-food. Evidentemente, te gusta también la comida de este último, pero ves algo defraudadas las expectativas iniciales.
Lo cierto es que el hotel ha terminado de ser el reclamo definitivo para que los visitantes tengan a Marqués de Riscal no sólo como un destino de descanso y visita enológica (estamos hablando de una bodega cuyo 65% está dedicado a la exportación a Europa, Asia y Estados Unidos) sino también para conocer en profundidad este pequeño, pero encantador pueblo donde no hay restaurantes de campanillas, pero sí verdaderos templos donde salir con el estómago perfectamente cubierto y además con la exquisita atención de una gente que está deseosa de complacer a quienes deciden pasar unas horas o unos días en Elciego. Hay unos cuantos locales, pero como la experiencia es la madre de la ciencia y hay que hablar de lo que uno ha probado, les aconsejo El Olivar y El Taller, dos restaurantes que les van a sorprender por su sencillez, buenos platos y, sobre todo, un buen precio.
Y también Elciego destaca por un rico patrimonio cultural, desde la Iglesia Parroquial de San Andrés a la coqueta Plaza Mayor, la Basílica de Nuestra Señora de la Virgen de la Plaza o los Palacios de Zárate Nabar, la Casa de los Hierros y Ramírez de la Piscina.
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