Una Lomana poco hecha con relleno de Monedero

Carmen Lomana se ha superado a sí misma. Después de las publicidades bastante ridículas, dicho sea de paso de Burger King (“a la parrilla, hummmm, ¡cómo me gusta!”), ha pasado a ser la nueva musa y representante de Juan Carlos Monedero, al que no lleva solamente como una especie de ‘toy boy’ a sus reuniones de marquesonas y condesonas a su palacete o casoplón de Serrano para que tome el roscón de Reyes o evangelice a nuevas almas para la causa podemita, sino que ahora también se dedica a defenderle por los platós de televisión.

La piji-progre de Lomana asegura que si Monedero ha conseguido trincar o facturar casi medio kilo de regímenes bolivarianos (seguramente esta señora no sabrá ni lo que significa bolivariano) eso es bueno para el Producto Interior Bruto Español y que eso viene a demostrar que el número tres de Podemos es bastante listillo. Eso sí, cuando loe dicen, Carmen, que es que este señor no ha pagado los correspondientes impuestos, entonces ahueca el ala (no sé si de pollo o de pavo) y entonces suelta con todo su papo (es un decir) que ella no está en disposición de juzgarle. Y eso lo dice sin reírse (imagino que, entre otras cosas, para que no se le salten los puntos).

Evidentemente, cada persona es un mundo y cada quien tienen derecho a expresar sus opiniones en el modo y en la forma que mejor le convengan. A mí me ponen tibio en mi canal de Youtube y ahí la dejo, para que cada quien quede retratado. El problema de la señora Lomana es que ella no es consciente de que su apoyo a Podemos o esas simpatías y compadreos con Podemos pueden acabársele desde el mismo momento en que los de Pablo Iglesias y sus lugartenientes se pongan con mano de hierro a aplicar su tabla rasa salarial y a expropiar a ricachones ociosos como la señora Lomana. Entonces sí que va a arder ella en la parrilla, pero en la de la indignación cuando vea lo que en realidad es y significa reírle las gracias y las bromas a esta muchachada de la coleta.