A Tomás Gómez le hacen la cama
Mucho ha tardado el PSOE a nivel nacional en darse cuenta que tenía en Madrid un agujero negro con Tomás Gómez. El exalcalde de Parla y candidato a la Comunidad de Madrid, ha visto reducidas a cero sus opciones de seguir en la primera línea política tras el movimiento realizado por Pedro Sánchez, un paso que, aunque valiente inicialmente, puede tener sus consecuencias ocultas, ya que los mismos motivos por los que se actúa contra Gómez parecen igual de válidos en Andalucía. Pero de Despeñaperros hacia abajo, el núcleo duro de Ferraz no quiere saber nada o, mejor dicho, huye como alma que lleva el diablo.
Tomás Gómez, pese a ser el candidato elegido para encabezar por tercera vez el intento de los socialistas de retornar a la Presidencia madrileña, de la que llevan fuera desde 1995, empezaba a ser un político cadáver. Su anterior comparecencia electoral le dejó completamente desarbolado, sin argumentos que exponer después de la dura derrota ante Esperanza Aguirre. Sus victorias en Parla no tuvieron continuidad en el resto de la región y en 2011 se llevó un soplamocos de aúpa. Ahora, en 2015, no sólo ya generaba dudas su caché electoral, sino que encima le pillaba por medio lo del tranvía de su localidad, una obra costosa, a la par que innecesaria. Simplemente, el hecho de saber que cada kilómetro de tranvía duplicó de largo a cualquier kilómetro de AVE es el dato vital para saber que Gómez es cualquier cosa, menos un buen gestor.
Pedro Sánchez tenía ganas de quitárselo de encima y, en una jugada inesperada, lo ha hecho, pero lo hace en contra de muchos socialistas madrileños, para empezar el cabeza de lista al Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, quien estaba convencido de la honorabilidad del depuesto candidato a la Comunidad de Madrid. Hace menos de 48 horas que aseveró que confiaba tanto en Gómez que ponía no una, sino las dos manos por el líder de los socialistas madrileños. Pues me temo que le pasó como a Felipe González con Mariano Rubio, que se acabó quemando dichas extremidades.
Desde luego, si el PSOE ya lo tenía en chino para ganar las elecciones, ahora se le pone ya en japonés cirílico y más si de la chistera surgen nombres como el del exministro Ángel Gabilondo o retorna Rafael Simancas, que también cuenta en su haber con tres derrotas ante los populares (dos de ellas en 2003 con la repetición de las elecciones). A este paso, ponen a Leguina cual redivivo Cid Campeador.
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