¿Quién vigila a los pilotos de un avión?
La prudencia marcaría e indicaría que no habría que precipitarse a la hora de elevar a la categoría de conclusiones definitivas lo que no es más que una posible hipótesis. Sin embargo, lo sucedido con el avión de la compañía alemana Germanwings y la afirmación tajante del fiscal de Marsella que el copiloto Andreas Lubitz provocó premeditadamente la caída del avión ha provocado que todo dé un giro de 180 grados y la situación de caos y pánico que se puede generar a partir de este suceso.
Desde el 11-S el mundo de la aviación ha cambiado a marchas forzadas. La seguridad lo prima absolutamente todo. Tienes que estar en la zona de embarque dos o tres horas antes, tu equipaje de mano será sometido a todo tipo de revisiones, pueden escanearte a gusto del segurita de turno, te quitarán todos los líquidos que lleves en recipientes superiores a 50 mililitros, te harán sacar los dispositivos electrónicos, te harán desmontar las baterías, te obligarán a llevar el móvil con carga suficiente para que puedan comprobar si es un simple teléfono o hay algo más dentro de ese smartphone. Y todos lo hemos aceptado porque no queda de otra.
Sin embargo, ¿quién controla a un piloto o a un copiloto? ¿Quién me dice que en el próximo vuelo que tome no estaré poniendo la vida de mi pareja, de nuestro futuro bebé y la mía propia en manos de un psicópata que bien tenga ganas de quitarse de en medio o que es un reconvertido al fundamentalismo islámico y haya decidido que, en nombre de Alá, tenga que suicidarse con todos los pasajeros dentro? ¿Quién nos garantiza que quienes llevan los mandos de la aeronave no es un tipo grillado?
El copiloto de la aerolínea Germanwings apenas había completado 600 horas de vuelo, pero todos hablaban de su profesionalidad intachable. ¡Pues toma inmaculada hoja de servicios! Ahora a ver qué dicen los listillos sabiondos que empezaron a tachar a la compañía de capitalismo salvaje y de horadar las medidas de seguridad de los pasajeros. De acuerdo que en una decisión de este clase nadie puede tener la culpa de manera directa, pero lo que toca mucho los webs es que 100, 200 o 400 pasajeros sean, entre comillas, sospechosos de poder pertenecer a cédulas terroristas y un tipejo como Andreas haya podido tener el cielo abierto para tamaño homicidio múltiple.
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