Mustafi, vete por Alí o por Alá
Mustafi, jugador del Valencia, no quiso posar en rueda de prensa junto a una cerveza de uno de los patrocinadores del club de Mestalla. ¿La razón? Es musulmán, y su religión no se lo permite (otra cosa es trincar la pasta a fin de mes que también paga la misma marca, Estrella Damm). El incidente junto al jefe de prensa valencianista quedó en anécdota y, finalmente, aunque a regañadientes, el jugador posó ante los medios junto al ya famoso botellín.
De todas maneras, estas cuestiones alguien se las tiene que hacer ver. Un futbolista en la élite cobra una pasta gansa y el club que le contrate tendrá que buscar las fórmulas típicas y atípicas de ingresos para poder costear las fichas de su plantel. Lo que no es de recibo es que alguien que dice llamarse profesional de esto que se llama fútbol ponga requisitos de niño caprichoso porque el patrocinador quiera poner un botellín de cerveza de la marca que se deja sus millones en las arcas de conjunto valenciano. ¿Que tu religión no te permite estar cerca de un recipiente con alcohol? Pues nada, niño, vete a jugar la liga de La Meca o el campeonato argelino, Mustafá, digo Mustafi.
Mira, elemento, tu pasta sale, entre otras cosas de ahí, de anunciar el club una bebida alcohólica, pero también te diré que de las 50.000 personas que pueden acudir a Mestalla, unas miles como poco suelen tomar cerveza mientras ven el partido. ¿Te vas a negar a jugar también por esa razón? Ya está bien de tanta hipocresía. Tú has firmado un contrato y si no estás conforme con el origen de parte del carné que recibes, coge las maletas y te vas por donde viniste, ya que parte de ese dinero tiene aroma a tu tan denostado alcohol.
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