Karim Benzema, un caso perdido
Una pena, una verdadera pena, que un jugador de la talla del madridista Karim Benzema no se dedique en exclusiva a su afición, el fútbol. El galo, todo un crack sobre el terreno de juego, demuestra, sin embargo, fuera del césped una extraña habilidad para desacreditarse a sí mismo con acciones que no son propias, siquiera, de un crío de 16 años. El problema es que no aprende a base de multas y cada vez se pone el listón más alto para la próxima vez.
La ‘broma’ comenzó con carreras de coches y algún que otro accidente que pudo haberle costado perfectamente la vida. Luego ya empezaron sanciones de la Policía Local y de la Guardia Civil por superar en casi 100 kilómetros por hora el límite de velocidad permitido y una pérdida de puntos que, milagrosamente, acaba recuperando en los pertinentes recursos (seguro que si te llamabas Jon Pérez Bolo no iba a ser tan fácil que te reintegrasen los puntos).
Pero, con ser esto extremadamente grave, porque no sólo ponía en peligro su vida, sino también la de otros conductores y viandantes, su desordenada vida le ha llevado también a estar acusado de tener relaciones con una menor y, ahora, el último episodio, su implicación en un chantaje a un jugador de su selección, la francesa, por un supuesto vídeo de contenido sexual. 150.000 euros parece ser que él reclamaba a Valbuena para que no se difundiese el contenido del mismo.
De verdad, ¿alguien puede, en su sano juicio y más cobrando 8 millones de euros limpios al año, contratos de imagen y publicidad al margen, prestarse a este tipo de actos más propios de la mafia siciliana? A mí, sinceramente, me apena que alguien con todo el talento deportivo del mundo y que tiene su vida resuelta antes de haber llegado a los 30, puede acabar siendo un verdadero juguete roto.
Y es que los millones, en según qué personas, más que solucionarles la existencia lo único que hacen es complicársela porque no saben manejarse en la abundancia y, en ocasiones, hasta pueden quedar más arruinados que un preferentista de Bankia a poco que se junten con malas compañías. Y si no, por ejemplo, que se lo digan a Maradona.
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