Carmena y los ecologetas podemitas
Lo de Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid es la metodología de la ocurrencia, de la improvisación, de la bisoñez y de un equipo de concejales que más bien parecen unos guaitrapas y ecologetas a sueldo, a un sueldazo mucho más sustancioso y seguro que el de Nescafé.
La que ha montado el cuadro de mando del gabinete podemita de la abuela populista con el tema del tráfico y la contaminación en Madrid es de órdago a la grande. A nadie, absolutamente a nadie, que tenga que coger el coche para entrar o salir de Madrid en estas últimas semanas puede quedarle la más mínima brizna de ganas de volver a votar a esta jubileta y a su banda de mariachis.
No sólo están haciendo el ridículo más espantoso tomando medidas a salto de mata, cabreando a todo bicho viviente, sino que encima no saben qué puede pasar en los próximos días. Son tan ineptos y no saben adónde han llegado que piensan que la contaminación es una herencia de Ana Botella cuando en realidad, los que conocemos bien esta ciudad, sabemos que la famosa boina de polución ya viene desde décadas atrás. En los años 90, viniendo en avión desde Tenerife, era ir todo el vuelo viendo el paisaje nítido por la ventanilla y al aproximarte a Madrid no ver casi un pijo, especialmente en este tramo de noviembre a abril, cuando todo quisque está con las calefacciones.
Vamos a ver cuál es la nueva patujada de esta pandilla de incompetentes, que puede ir desde el tema de dividir los coches que puedan circular en función de la terminación de la matrícula o del color de la carrocería. Son peores que el que asó la manteca.
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