El 'Black Friday' electoral del mamarracho de Maduro: cerdos, tablets y taxis
El verdadero ’Black Friday’ no está en Nueva York, Londres, Madrid o París. Está en Caracas y lleva el rostro de Nicolás Maduro.
Sí, el dictatorial presidente de Venezuela ya no sabe como parar la hemorragia de votos perdidos en los sondeos y se lanza a regalar lo que sea con tal de seguir perpetuado en el Palacio de Miraflores.
Todo vale, desde cerdos a taxis, pasando por tablets o becas para los estudiantes. La coña es que ahora dispara todos estos fuegos artificiales en un país que sigue haciendo colas kilométricas para comprar papel higiénico o alimentos de primera necesidad como la leche.
El espíritu de Chávez no le sirve ya a Maduro, que tiene que recurrir a esas artimañas de vendedor de crecepelo.
Pero la ciudadanía no es de memoria frágil o, cuando menos, el hambre le ha hecho perder el miedo. Más si cabe cuando asisten a la encarcelación de gran parte de la misma, con Leopoldo López de punta de lanza, al asesinato de uno de ellos en plena calle (Maduro dice que fue un ajuste de cuentas), o el grito de auxilio de la mujer de Leopoldo, "me quieren matar", presentan unas elecciones que pueden teñirse de sangre y de miedo.
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