Se ha escrito un crimen: asesinan brutalmente en Tenerife a un familiar de Willy Toledo
Si Jessica Fletcher hubiese nacido en Canarias, tengan por seguro que se hubiese muerto del hambre. Es posible que no la hubieran dejado investigar muchos de los crímenes que suceden por estos lares porque, sencillamente, la consigna es que por estas tierras no sucede nunca nada…a efectos informativos. La consigna es muy clara en las Islas desde hace varios años, no interesa lo más mínimo darle bombo y platillo a hechos criminales porque eso puede asustar al turismo y puede generarse la creencia de por estos peñascos nos manejamos como la hacen en la mafiosa Sicilia.
Sin embargo, como reza el dicho popular, no se puede tapar el sol con un dedo, ni siquiera con una mano, y claro al final por la cloaca acaban saliendo crímenes que no queda más remedio que sacarlos a luz. El último episodio de esta crónica negra del Archipiélago tiene como protagonista indirecto al actor y activista Willy Toledo, ya que a un familiar suyo. Raimundo Toledo, lo han matado recientemente en Tenerife en un acto que aún está por esclarecer, pero cuyos tintes son macabros a más no poder.
Los hechos son los siguientes: el asesinado era un empresario muy reconocido entre la sociedad insular porque, entre otros intereses, era el presidente de una red de gasolineras. Dicen los más allegados que nunca tuvo problemas conocidos y que entre sus empleados gozaba de buena reputación, que jamás exigió a nadie más de lo que podía ofrecer, pero que tampoco dejaba que nadie eludiera su responsabilidad laboral. Aseguran que más que un jefe, era un verdadero padre para sus trabajadores, así que por ese lado no parece que pueda venir el móvil del asesinato.
Tal vez, y sólo tal vez, todo tenga que ver por una cuestión de control de la empresa de gasolineras que manejaba puesto que, de momento, la policía ha detenido a dos personas, una de ellas una mujer de origen cubano y pareja de un sobrino del empresario. Es todo, evidentemente, una mera hipótesis porque el crimen ha sido tan retorcido que aún nadie puede atreverse a dar una versión de los hechos que pueda entenderse como definitiva.
Pero sin duda, lo que resulta espeluznante es pensar que podemos estar como en la peor Caracas del chavismo, que secuestren a un empresario a plena luz del día, ante la presencia de al menos un testigo y que lo único que se pueda rescatar al cabo de unas horas sea el cuerpo calcinado de Raimundo Toledo dentro de un armario. Cuando menos es para echarse a temblar y pensar si realmente durante los últimos años hemos vivido en Canarias una realidad ficticia en materia de seguridad merced a un silencio impuesto o autoimpuesto en los medios de comunicación (no en todos, claro).
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