Podemitas regeneradores...de su bolsillo
Confirmado. Los que venían a regenerar la vida política de este país han dicho sólo una verdad a medias. Claro que han venido a regenerar…pero su bolsillo. Hacer populismo e ir de revolucionario por la vida cuesta mucha pasta y eso sólo se puede lograr teniendo al alcance un puestito, un echadero que meterse en la boca. Pero el bienestar de los ciudadanos, con franqueza, se las trae al pairo. Ni les va ni les viene. Son unos auténticos arribistas que aplican con mayor hipocresía si cabe los métodos de la casta que ellos tanto han criticado. ¿Tal vez porque no eran tan deleznables como ellos mismos se han encargado de rebuznar durante estos dos últimos años?
Porque, claro está, cuando se produce un incidente del estilo de lo acaecido la tarde del 5 de febrero de 2016 en el madrileño barrio de Tetuán donde en un teatro de títeres destinado a los niños se hace apología del terrorismo y se celebra el apuñalamiento de monjas y ahorcamiento de jueces y a esta hora aún no hay dimisiones políticas, lo menos que podemos colegir es que estos podemitas de Ahora Madrid rivalizan con los partidos de toda la vida en eso de no asumir las consecuencias de sus actos.
Aquí hay una concejal con pinta de camionera llamada Celia Mayer (que tiene pinta de haberse comido a Óscar) que pretende hacernos pasar por subnormales a los madrileños vendiéndonos la moto de que el espectáculo era una sátira. Pero es que 48 horas después la abuelita populista del bolso (¡qué llevará ahí que no lo suelta ni con espátula!), la señora alcaldesa Manuela Carmena, insiste en que, aunque es lamentable lo sucedido, tampoco hay que sacarlo de un contexto carnavalesco y que, a fin de cuentas, tampoco se puede poner límites a la libertad de expresión.
Insistiendo pues en el argumento, si no hay límites a la libertad de expresión, perfectamente podría yo pedir al Gobierno de Ahora Madrid que le pongan a los asesinos de los abogados laboralistas de Atocha el nombre de una calle o un monolito enfrente de la propia glorieta o a la entrada de la estación. Es más, podríamos pedir que el día en que se produjo ese crimen se celebre una gran fiesta. Evidentemente, es una ironía y si alguien tuviera la osadía de pensarlo lo machacarían de lo lindo y si fuese un cargo público no habría Tierra suficiente para correr. Pero si la gracia la hacen los de Ahora Madrid con las víctimas de ETA a eso le llaman libertad de expresión. Será la expresión tontuna que se le queda a Mayer y compañía cuando tienen que justificar lo injustificable.
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