Las cosas de la UD Las Palmas: mediocre Ramírez, sobresaliente Quique Setién
Da igual que haya hecho unos números que hubiesen valido para meterse en Europa League si tomamos como referencia desde que Quique Setién cogió a la UD Las Palmas. El presidente del cuadro amarillo, Miguel Ángel Ramírez, ese señor beneficiado por unos retrasos ‘casuales’ en las investigaciones judiciales de un quítame allá esas horas extras revestidas como dietas porque, casualidades de la vida también, podían dar al traste con los negocietes con un conocido empresario de la comunicación de las Islas que, a su vez, es pareja de esa jueza, ahora en excedencia, que debía haber juzgado su caso con celeridad, podía haberse estado calladito con respecto a unas apreciaciones hechas por su entrenador en relación a la confección de la plantilla de cara a la temporada 2016/2017.
Según Ramírez, alias el egipcio (básicamente porque siempre sabe ponerse de perfil cuando vienen mal dadas para que el palo le caiga a otro), resulta que si el equipo quiere traer a un determinado jugador y el entrenador se opone a su contratación el que viene sobrando en la entidad es el preparador. Y el egregio directivo se queda más ancho que pancho, como si quien hubiese salvado al equipo del descenso hubiese sido la Virgen del Pino desde su santuario de la Villa de Teror. ¡Hay que tenerlos bien grandes!
Nunca he sintonizado con esta clase de presidentes que, siguiendo el estilo de la escuela del malogrado Jesús Gil y Gil, se creen investidos de un aura especial para poner y quitar entrenadores a capricho por la única razón de que no hacen lo que emana de su caprichosa alma que no sabe lo que ocurre más allá de sus lujosos despachos en los que tratan de todos los temas habidos y por haber y que, normalmente, poco o nada tienen que ver con lo que pasa en el terreno de juego. A Miguel Ángel Ramírez la UD Las Palmas le ha venido de miedo para medrar en la sociedad y ahora se cree poco menos que el nuevo ‘Maldini’ del fútbol internacional. No tiene ni pajolera idea, pero a ver quién es el guapo que es capaz de contradecir al dueño de una empresa de seguratas. Igual te acaba pegando un cachiporrazo.
Por eso, ‘chapeau’ para la valentía de Setién que, sabedor de que su caché como técnico se ha revalorizado sustancialmente, no va a pasar por el aro de un caprichoso mandatario, un mediocre presidente que, para quien no lo sepa, fue incapaz de controlar con su empresa de seguridad a cuatro exaltados el día del partido ante el Córdoba y que, después de un parón y con la cabeza en otra cosa, propició el empate de los andaluces y dejar a la UD Las Palmas sin el ascenso.
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